Las colonias San Pablo Autopan, San Mateo Oxtotitlan, San Mateo Otzacatipan, Cultural, San Diego Linares, Santa Ana Tlapaltitlán, la Teresona y San Miguel Apinahuizco, en Toluca, así como los municipios de San Mateo Atenco y Zinacantepec son los que albergan a mayor número de perros callejeros, principalmente en las zonas rurales, señalaron integrantes de Adopciones Caninas Salva Una Vida, agrupación dedicada a proteger y rescatar perros en la capital mexiquense.
Contrario a las cifras proporcionadas por el Centro de Control Animal de Toluca, estimaron que son más de 80 mil los caninos en condición de calle e incluso puede duplicarse.
Luego de las denuncias de habitantes sobre los ataques de jaurías de perros, los activistas aseguraron que los caninos son los menos culpables de dichas agresiones, y afirmaron que el problema se debe a la falta de cultura del cuidado animal.
Para ello, explicaron, es necesario que los perros sean vacunados, estén bien alimentados y cuenten con espacios de recreación, pero esencialmente deben ser esterilizados pues dijeron de una sola reproducción, el crecimiento es potencial, por ejemplo, una camada de ocho perros se puede multiplicar hasta llegar a 532.
Rechazaron las versiones que señalan que los perros son agresivos por naturaleza o por instinto y aseguraron que la mayoría de los caninos tienen antecedentes de maltrato.
Ante el destino que sufrirán los perros callejeros que atacaron en jauría, señalaron que la solución menos viable es sacrificarlos.
“El sacrificio de perros callejeros no es la solución, y con conocimiento de causa se sabe que el origen del perro callejero es la irresponsabilidad de la sociedad, cuando se dan este tipo de acontecimientos lamentables, se busca una salida fácil…”.
Finalmente, llamaron a la población en general a fomentar la cultura de una tenencia responsable.
“Sensibilizarnos mucho en ese tema, requerimos crear conciencia en los jóvenes, en los niños, el amar a otro ser vivo empieza desde la familia, desde el seno, si nosotros queremos transformar nuestro entorno debemos empezar con la cultura de realmente el dar dar, el ganar ganar, el transmitirles a nuestros hijos que ninguna vida es insignificante…”.