Sálvese quien lea

    Necesidad de música  [jprel] Si los latidos de nuestra madre, mientras estamos en la bolsa amniótica, son el primer ritmo sincopado, el primer arrullo melódico que percibimos y, tras fenecer, con un réquiem se evoca nuestra memoria, queda claro que la música es el elemento más enraizado en nuestra humanidad. En cada etapa […]

 

 

Necesidad de música

 

[jprel]

Si los latidos de nuestra madre, mientras estamos en la bolsa amniótica, son el primer ritmo sincopado, el primer arrullo melódico que percibimos y, tras fenecer, con un réquiem se evoca nuestra memoria, queda claro que la música es el elemento más enraizado en nuestra humanidad. En cada etapa de la vida, desde la ingenuidad infantil hasta la senectud sobria y mesurada, pasando por las contrariedades adolescentes y el posterior encuentro con la madurez, la música se revela y nos revela, cual espejo, nuestro verdadero ser. De ahí la importancia, la “necesidad”, de George Steiner, erudito melómano experto en prácticamente todos los menesteres culturales, de reflexionar sobre compositores, intérpretes, obras emblemáticas, biografías y epistolarios de notables hombres y mujeres quienes saben –y supieron–, como Schopenhauer, que “si nuestro mundo terminara, la música continuaría”.

Rafael Vargas Escalante, de la novel editorial Grano de Sal, es asimismo experto en música y en la obra de Steiner; de ahí que, con paciencia y esmero, recopilara múltiples textos, reseñas, conferencias y artículos que el gran pensador escribió desde hace décadas, y nos los entregara (para fortuna nuestra) bajo el título de “Necesidad de música”.

No hay desperdicio en todo el libro: incluso para alguien como quien esto escribe, sumamente ignorante de corrientes y escuelas musicales, este cúmulo de sabiduría redunda en un pinchazo vital para recordar, como dice Fernando García Ramírez, “que hay cosas realmente esenciales en la vida, y que una de ellas, tan central como el amor y el alimento, es la música, la necesidad de oír, tocar y apreciar la música, ese alto misterio”.

Finalizo con las palabras de Mario Lavista: “Steiner pertenece a ese honroso linaje de escritores que tienen la música como centro indiscutible de una reflexión acerca del hombre y sus circunstancias. Para él, esta disciplina artística configura una suerte de ‘geografía sonora’ que tiende puentes y crea vasos comunicantes entre tiempos y territorios distintos”.

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