Fue un 15 de enero de 1934, en el municipio mexiquense de Tenancingo de Degollado, cuando nació uno de los más grandes exponentes del muralismo mexiquense, el maestro Leopoldo Flores Valdés, “El Hombre Cuervo”. Hoy se cumplen 84 años de su natalicio.
Flores fue un alumno destacado de la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado “La Esmeralda” en la década de los cincuentas del siglo pasado, y por su trabajo artístico y sus cualidades como alumno recibió una beca para estudiar en la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts de París.
Gran parte de su carrera la realizó en Francia y en México. Expuso parte de su obra en el Palacio de Bellas Artes durante el Festival Solar de la IXI Olimpiada de 1968.
La mayoría se su trabajo se encuentra en el territorio del Estado de México, entidad que lo vio nacer. Muestra de ello son, sin duda, sus dos obras más grandes: el Cosmovitral Jardín Botánico, obra en donde el artista plasmó su visión del concepto del origen de la vida a través de la oposición constante entre el bien y el mal.
Su otra obra maestra, el mural Aratmósfera pintado en la grada del Estadio Universitario Alberto el “Chivo” Córdoba, en donde plasmó el nacimiento de la luz, combinando el entorno natural para crear una muestra de “land art” característico del estadio, fue catalogado como uno de los más originales del mundo por el portal español 20 Minutos.
El artista mexiquense también realizó obras en el edificio de Rectoría de la UAEM, en el Palacio del Poder Legislativo, en el aula magna del Colegio Mexiquense, en la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, y en el Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de la Autónoma Mexiquense.
El “Hombre Cuervo” falleció el 3 de abril del 2016, producto de la enfermedad de Parkinson.