En pocas palabras, podría decirse que la autonomía universitaria es la independencia política y administrativa de una universidad pública respecto de factores externos, entre ellos el poder político para auto gobernase, elegir sus propias autoridades, decidir sus propios estatutos y programas de estudio. Este 2019, la UAEM debería estar celebrando el 75 aniversario de conquistada su autonomía, pero parece que estará más ocupada en defenderla de la embestida que desde el poder legislativo local auspician los diputados de Morena, Max Correa y Benigno Martínez, a promoción de los académicos Fermín Carreño y Jaciel Montoya, bajo el pretexto de la denuncia de un cúmulo de irregularidades administrativas, que de ser ciertas correspondería a otras instancias sancionarlas. Están jugando con fuego comprometiendo valores fundamentales de la institución que costó mucho trabajo conseguir y mucho más consolidar. La comunidad universitaria ha permanecido ausente en tal discusión, sería buena hora de que saliera en defensa de uno de sus principales valores. Por supuesto que buena falta hace a la UAEM una gran reforma y actualización para ampliar los canales de participación en la toma decisiones, pero sobre todo de carácter académico que la coloque en mejores condiciones de competencia. Los diputados de la 4T se están excediendo y los muy respetables Fermín y Jaciel, también. Así, como va, la Red Universitaria por la Transformación generará más perjuicios que beneficios a la UAEM.
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El desaseo en la administración del dinero público que se hizo durante la administración anterior en imagen institucional y comunicación social fue obsceno. Con el paso del tiempo, se han podido documentar un cúmulo de irregularidades por cientos de millones de pesos en compras y contrataciones de servicios que se hicieron a sobreprecio o el producto adquirido nunca se entregó. También se han encontrado evidencias de volúmenes brutales de dinero en efectivo para adquisiciones totalmente irregulares. Hay elementos suficientes para que Carlos Aguilar y Raúl Vargas sean llamados a cuentas por el daño causado al patrimonio estatal.
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Hasta el año pasado, nadie dudaba en colocar a la magistrada Ana Rosa Miranda Nava como principalísima postulante a la presidencia del Tribunal Superior de Justicia y, en consecuencia, a la del Consejo de la judicatura. Como todo mundo sabe, Ana Rosa es hija de Luis Miranda Cardoso, cabeza del Poder Judicial en tiempos de Emilio Chuayffet, esposa de Mayolo del Mazo del Mazo, primo del gobernador y próspero empresario, y hermana de Luis Miranda, el hombre que comía del plato de Enrique Peña. Pero con la caída de ese grupo, la posibilidades de la magistrada Ana Rosa se ha reducido, aunque no eliminado.
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Para una sociedad con más razones para la tribulación que para la esperanza, siempre será un bálsamo reconocer el esfuerzo para seguir adelante. Que valga el reconocimiento al presidente de la Comisión de Derechos Humanos, Jorge Olvera, por la iniciativa del premio “Humaniza” recientemente entregado y en cuya ceremonia declamó, como hace tiempo no se escuchaba en acto público. El comentario ha sido general, chéquelo, a ver que opina. https://www.youtube.com/watch?v=STLSrDdot5Q
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Hoy estará en el Conversatorio AD el alcalde Luis Maya Doro, de Almoloya de Juárez. Todos podemos participar, nos vemos a las 7 en vivo a través de la web y redes de AD.