Osaka, Japón.- En está ciudad, la tercera más grande, como en todo el país, la criminalidad dejó de ser un problema hace años. Este lugar, principal puerto, como todo Japón, es uno de los lugares más seguros del mundo. Aquí la policía se aburre porque tiene muy poco que hacer. Los valores que esta sociedad se ha dado para auto regularse, basados en el honor, honestidad y respeto, lo han hecho posible apoyados por supuesto en el constante desarrollo económico y la justa distribución de la riqueza. Delinquir aquí es la última y peor de las opciones. ¿Por qué si aquí se puede, por qué no en México?
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El secretario de Desarrollo Social, Erick Sevilla, ha logrado mantener el control político de Lerma desde hace casi una década, pero el deterioro en ejercicio del poder acusa severos daños en él y el grupo que le rodea. El gobierno de su pupilo Jaime Cervantes no ha sido nada bueno, los indicadores de desarrollo y bienestar social así lo evidencian, las cosas en Lerma no son muy mejores que antes a pesar de que se le han inyectado cantidades asombrosas de recursos públicos. Es muy probable que en la siguientes elecciones el PRI pierda este ayuntamiento en el que logró reelegirse, la gente está harta y quiere castigo a quienes consideran se han enriquecido a costa del beneficio del pueblo.
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A pesar de que al territorio estatal lo separa de la Ciudad de México solo una línea imaginaria, la regulación legislativa es abismalmente distinta, sobre todo en ejercicio de las libertades, el chilango es lugar más libérrimo de México, el Edoméx es muy conservador y arrastra límites casi medievales. Que la izquierda ahora controle el Poder Legislativo mexiquense, como lo ha hecho desde hace casi dos décadas en la CDMX, es una oportunidad de oro para equiparar las legislaciones y lograr que el centro de México sea tal plenamente.
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No hay que perder de vista al subsecretario de Trabajo, Horacio Duarte, quien con mucha discreción no deja de hacer trabajo político en el Estado de México al que, legítimamente, sueña gobernar algún día.
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Las cosas para el Fiscal General de Justicia no van bien, las estadísticas de resultados no le ayudan a pesar de que ha tenido tiempo suficiente para lograr el ansiado cambio. Por supuesto que la energía y talento de Alejandro Gómez, han estado puesto al ciento por ciento en el esfuerzo, pero desafortunadamente no han alcanzado. La posibilidades de que se vaya antes de concluir el periodo para el que fue designado, son altas, altísimas.