Se dice que

  Fukuoka, Japón.- En este país, como en buena parte de la Asia próspera, la educación es la palanca de desarrollo. Aquí la gente quiere estudiar en el entendido de que es la más eficaz forma de movilidad social, un título es básico para poder escalar socialmente, por eso el Estado garantiza el acceso universal […]

 

Fukuoka, Japón.- En este país, como en buena parte de la Asia próspera, la educación es la palanca de desarrollo. Aquí la gente quiere estudiar en el entendido de que es la más eficaz forma de movilidad social, un título es básico para poder escalar socialmente, por eso el Estado garantiza el acceso universal con enormes inversiones de recursos públicos en Universidades. El progreso sustentado en el conocimiento, esta es su fórmula que ha dejado con la boca abierta al mundo por sus resultados.

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Por supuesto que a la UAEM bien le haría una profunda reforma estructural que la libere de las ataduras financieras y atavismos políticos con el objetivo central de la excelencia académica y el acceso universal. Nadie en su sano juicio podría oponerse a ello. Pero la construcción del proceso debe ser de adentro hacia afuera, en la UAEM está la mayor sociedad del conocimiento con capacidad para organizarse y autogetionarse. Pretender imponerle un modelo o una receta es imbécil.

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En la amistad personal y la afinidad política de los investigadores Jaciel Montoya y Fermín Carreño, con los diputados Max Correa y Benigno Martínez, está el meollo de la iniciativa de reforma a la Ley Universitaria que promueve una facción de MORENA, no en la fuerza de los argumentos ni el peso específico de la razón técnica académica. Han visto una ventana de oportunidad en la 4T y la están aprovechando.

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En la tensa confrontación entre la comunidad universitaria y los diputados de MORENA que quieren meterle mano a la UAEM, ha brillado por su ausencia la mediación política del Poder Ejecutivo a través de la secretaría General de Gobierno. Parecería que no son exageradas las versiones que hablan de una no muy buena relación entre Alejandro Ozuna y Alfredo Barrera, deberían entender que no es personal.

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Los diputados Martínez y Correa tienen la sensibilidad política de un búfalo. Pedantes, prepotentes y mal educados arremeten sin conocimiento con la institución de mayor prestigio que tiene en el Estado de México, la UAEM. Las formas con las que han abordado el asunto de la reforma son de trogloditas. Han ofendido a la comunidad universitaria y tendrán que pagar las consecuencias. Atentos a la gran movilización universitaria.