Se dice que

  Carlos Hank Rhon, el empresario que alguna vez quiso ser candidato del PRI a gobernador, pero que perdió la nominación frente a Enrique Peña, ha logrado acumular la décima fortuna más grande de México, según la lista Forbes de 2019. Con Banorte y Grupo HERMES, logró colocarse en el Top Ten de los diez […]

 

Carlos Hank Rhon, el empresario que alguna vez quiso ser candidato del PRI a gobernador, pero que perdió la nominación frente a Enrique Peña, ha logrado acumular la décima fortuna más grande de México, según la lista Forbes de 2019. Con Banorte y Grupo HERMES, logró colocarse en el Top Ten de los diez mexicanos más ricos; su riqueza se estima en dos mil 200 millones de dólares, 200 millones más de los que tenía en 2018. Nada mal le ha ido al profesor.

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Otros mexiquenses que se mantienen dentro de los cien más ricos de México son Roberto Alcántara, de Grupo Toluca y Viva Aerobús; Carlos Peralta, con IUSA; Carlos Hank González –hijo de Hank Rhon–, presidente de Grupo Banorte; y la familia Monroy, de Grupo La Moderna. Todos de alguna forma ligados al PRI y, ahora, al Partido Verde. Por otra parte, a pesar del descomunal éxito económico durante el peñismo, y a que, tan solo en una cuenta en Panamá, se le encontraron cien millones de dólares, Juan Armando Hinojosa, de Grupo Higa, no fue considerado en la lista Forbes.  

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Ninguno de los nuevos alcaldes ha transparentado su padrón de proveedores. En eso, las cosas no han cambiado nada; son igual que antes: quitaron contratos a unos para entregárselos a sus amigos, socios y parientes. El capitalismo de cuates también se practica en las administraciones de Morena. 

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Para reflexionar la Semana Santa en curso, valdría la pena recordar que en el Estado de México, según los datos del INEGI, 85 por ciento de la población se declara católica. Sí, la mexiquense es una sociedad religiosa y de fe. No es gratuito que el tercer santuario más importante del país sea Chalma, solo detrás de la Basílica de Guadalupe y de San Juan de los Lagos. Edoméx es tierra de católicos, y el clero es un poder fáctico. 

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Con curiosidad, y cierta malicia, en la conversación de la clase política local se repite una y otra vez una pregunta que no encuentra repuesta certera: ¿dónde se ha metido el ex todopoderoso controlador del PAN, Ulises Ramírez? Pareciera que se lo tragó la tierra; terminó su gestión como diputado federal el año pasado y ¡pum! desapareció estigmatizado como uno de los políticos panistas más corruptos e incompetentes. Así como él, muchos que se han enriquecido en el servicio público terminaron en el cesto de la basura.