El mexiquense más cercano a la confianza, afecto y reconocimiento del presidente López Obrador es, sin duda, Horacio Duarte. No Yeidckol, ni Delfina, menos Higinio. Abogado de Andrés Manuel en el juicio de desafuero, responsable del central programa de la 4T “Jóvenes Construyendo el Futuro”, hoy administrador General de Aduanas, suficiente para documentar qué tan próximo es al presidente. Abogado, texcocano, a punto de cumplir 49 años, ha ido alcalde, diputado local y federal y dirigente estatal de MORENA. ¿Alguien duda que es el candidato natural a la gubernatura del Estado de México en 2023?
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Los momios en el Celebrity Deathmatch del gabinete encogido, están así: para la nueva Secretaría de Desarrollo Urbano y Obra, Rafael Díaz Leal tiene amplísima ventaja sobre Andrés Massieu, a quien prácticamente se le da por terminado su ciclo. En lo que será la reforzada Secretaría de Movilidad, los pronósticos se inclinan a que Raymundo Martínez saldrá con puente de oro como candidato quizá a alcalde de Toluca o a diputado de lista; Gilberto Limón, tampoco se quedaría. El director del DIF, Miguel Torres, se perfilaría hacia allá. En lo que será la Secretaría de Cultura y Turismo, la inamovible Marcela González Salas, continuará. Evelyn Osornio tendría la opción de moverse a la nueva Secretaría de la Mujer o mudarse al Poder Legislativo como diputada. La Secretaría del Campo, ahora responsable también del tema forestal, tendrá nueva o nuevo titular, Rocío Díaz Montoya, nada más no alcanzó nunca la nota. No serán todos los movimientos, habrá más.
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A quienes una y otra vez se ceban con la supuesta salida de Alejandro Ozuna, parece que una vez más se quedarán con las ganas. El secretario General de Gobierno está firme en su cargo, más de una vez el gobernador ha dejado muy clara su satisfacción con el desempeño del secretario responsable de la política interior. A Ozuna le hacen ruido con el asunto de que su hijo Pepe quiere ser diputado, pero solo es barullo político, grilla, intriga. Es probable que Pepe Ozuna sea diputado, pero no por el PRI.
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Los primeros días de Victorino Barrios como contralor Interno de la UAEMex no han sido de confeti y serpentinas, qué va. La ha pasado mal, mejor dicho, han hecho que la pase mal. No tiene oficina, despacha desde la mesa de un restaurante. La acogida de las autoridades universitarias fue de caras largas, su nombramiento otra vez colocado en litigio. Era de imaginarse, no le recibirían con fanfarrias. Su arribo fue politizado, se considera que vulnera la autonomía universitaria. Peor todavía, no ayuda la sostenida postura entrometida, intervencionista, de diputados de MORENA, que celebra mezquinamente una ridícula cofradía de convenencieros resentidos que creen tener ante sí la rendija para meterse a rectoría. No son buenos días para la UAEMex.
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La segunda ola del coronavirus asesino está en camino. Cuando se pensaba que estábamos de salida, la fuerza de la pandemia nos obligará a replegarnos en el confinamiento. La incertidumbre es un elemento más para el sufrimiento social. ¿Qué será del sistema educativo? Invitamos a conversar pública y abiertamente al secretario de Educación, Alejandro Fernández, y aceptó. Hoy, en punto de las 6 de la tarde, en vivo, en directo y con participación abierta, en el Conversatorio AD. Ya saben dónde, allí nos vemos.