Aunque parezca increíble, Bertha Alicia Casado ha logrado cruzar la barrera del tercer año en la dirección del ISSEMyM, algo poco común en los últimos tiempos. La institución estaba en un tobogán de rotaciones absurdas que, en buena medida, contribuyeron a la crisis. Este mes, Bertha cumple 36 meses con las riendas en la mano, no ha sido nada fácil. Estabilizar el barco que se hundía era el primer paso. Falta mucho, muchísimo, pero parece estar en ruta.
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Desde 2008, el grupo de presión que encabeza Humberto Castillejo Cervantes controla la procuración de justicia en el Estado de México. No solo eso, ha sido capaz de influir lo mismo en los órganos de dirección de Poder Judicial que en la nueva secretaría de Justicia del Poder Ejecutivo o el Tribunal de Justicia Administrativa. Esa fue la vía por la que llegaran Alberto Bazbaz, Alfredo Castillo, Alejandro Gómez y hasta el temible Tomas Zerón. Por supuesto que quisieran colocar al nuevo fiscal, pero su tiempo ha terminado.
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Manuel Cadena, uno de los mexiquenses más cercano a los afectos e intereses de la familia Salinas de Gortari, parece estar muy cómodo en su papel de hombre de negocios. Vinte, el gigante inmobiliario que ha desarrollado con sus hijos, ha encontrado en el Estado de México todas las facilidades para llevar a cabo megaproyectos como el que está a punto de echar andar para la construcción de 11 mil viviendas que podrían generarle ingresos por 25 mil millones de pesos. Cadena ha dejado la política y el servicio público, al menos temporalmente, para moverse en las grandes ligas de caseros nacionales.
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Es muy penosa la postura agachona, genuflexa, del gremio de los abogados o de la academia en Derecho frente a lo que ha sucedido con la procuración de justicia en el Estado de México durante las dos últimas décadas. La conciencia crítica está silenciada.
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Dice la sabiduría popular que en la forma de agarrar el taco se conoce al tragón. Los nuevos ayuntamientos tienen caducidad programada en 36 meses y, parece, que algunos alcaldes ni eso entienden. En el valle de Toluca hay signos claros de quién alcanzará la nota y quién no. Los carniceros de ayer serán las reses de mañana. Pobres, pero «Quod natura non dat, Salmantica non præstat». El que entendió, entendió.