Aquellos curiosos a quienes se los comen las ansias por fin podrán tener sosiego al darse a conocer formalmente quiénes integrarán el gabinete y el staff del gobernador Alfredo del Mazo. Aunque todavía ayer había algunos ajustes, todo hace suponer que se confirmará la llegada de Alejandro Ozuna a la Secretaría General de Gobierno (acompañándose de Elías Rescala como subsecretario); Eric Sevilla, Secretaría de Desarrollo Social; Alejandro Fernández Campillo, Secretaría de Obra Pública; Maribel Cervantes, Secretaría de Seguridad Pública, y Alonso Arango Pérez, Coordinación de Comunicación Social.
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El staff del gobernador estará encabezado por Rodrigo Jiménez Sólomon como jefe de la Oficina de la Gubernatura; Sergio Chavelas Maruri, secretario particular; Ricardo Valdés Bores, secretario particular adjunto; Jaime Orozco Mendoza, jefe de la Unidad de Apoyo a la Administración General; Raymundo Balboa Cruz, coordinador de Asuntos Internacionales; Rodolfo Jardón Zarza, coordinador de Giras; Francisco Sarmiento Pérez, coordinador de Información y Estrategia; Bernardo Almaraz Calderón, Unidad de Enlace. Los datos sobre el equipo de seguridad se han reservado.
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Enrique Jacob será uno de los personajes claves de la próxima administración, pero la información sobre el cargo que desempeñará aún no era clara. Hasta la noche de ayer, había dos versiones: una que insistía en que podría ser él –y no Ozuna– el secretario general de Gobierno, y otra que lo ubicaba en la secretaría técnica, en Desarrollo Económico y hasta en Finanzas… pero nadie se atrevía a confirmar alguna.
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La “Coordinación de Imagen Institucional” –inexistente en el organigrama de la administración pública estatal, pero inventada por Eruviel a la medida de los caprichos de su muchacho consentido, Carlos Aguilar– desaparecerá a partir del próximo 16 de septiembre. Así o más clara la opinión que se tiene en el gobierno que está por iniciar sobre el arribista que durante seis años jugó a ser princesa.
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En el pecado Eruviel lleva la penitencia. Delegó todo el poder a sus dos hombres más cercanos, Erasto Martínez y Carlos Aguilar, y ambos terminaron traicionándolo al abusar arteramente. Las evidencias sobre su obsceno enriquecimiento se desparraman; en la clase política es tema cotidiano: se robaron todo lo que pudieron y lo más seguro es que no haya castigo, afirman sin asombro. Es el ciclo de la impunidad que –parece– el gobierno de Del Mazo no está dispuesto a continuar.
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Una perla de las trapacerías de la dupla Aguilar-Martínez en la Coordinación de Imagen Institucional: Carlos pidió a Erasto, como secretario de Finanzas, el pago de 2.8 millones de pesos para el productor Pedro Torres, por su “asesoría” en la elaboración del video “Yo soy mexiquense”… y Erasto se los autorizó. Así se las gastaban y, como ésa, hay cientos.