El 22 de mayo de 2020, Roberto Pérez fue secuestrado en el domicilio de sus padres, ubicado cerca del Aeropuerto de Toluca. Desde entonces su familia desconoce su paradero.
Víctor Pérez Gavilán, padre de la víctima, acusa que la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) no ha hecho su trabajo, pese a contar con suficientes pruebas para ir por los posibles culpables.
Reprochó que a casi cuatro años del secuestro de su hijo no ha obtenido respuesta ni alguna acción contundente para encontrarlo.
Su última esperanza, dijo, la había puesto en este nuevo gobierno, ya que comentó que en la pasada audiencia de la gobernadora Delfina Gómez lo escucharon y ella mostró interés en su caso.
Sin embargo, no ha recibido la atención prometida en su caso, el cual incluso ha sido cerrado, debido al cambio de varias autoridades que estaban a cargo.
Víctor Pérez indicó que le ofrecieron una reunión con el fiscal de Justicia, José Luis Cervantes, pero solo fue atendido por su secretaria.
Ahora, el nuevo ofrecimiento es reunirse con el fiscal Antisecuestros, Osvaldo Jiménez, el próximo 27 de marzo. Sin embargo, confesó que «ya está harto de tanto ir y venir y que no haya resultados».
“No hay detenidos hasta el momento. Ya estuve con la Visitaduría, con la Contraloría, le envié cartas al presidente Andrés Manuel López Obrador y escritos al exgobernador Alfredo del Mazo, ahora estuve con la gobernadora, pero por estar confiando en las instituciones, solo he perdido tiempo en la búsqueda de mi hijo”, lamentó.
Móvil del caso
De acuerdo con el padre de la víctima, el principal sospechoso del secuestro de su hijo es un exvecino de nombre Osciel, quien era chófer de un magistrado del Poder Judicial y que quedó sin empleo tras la pandemia.
Él, junto con su pareja sentimental, una secretaria también desempleada, habrían planeado el secuestro de Roberto, ya que conocían parte de sus movimientos y su situación económica.
El señor Pérez Gavilán acusó que ambas personas conformaron una banda delictiva bien organizada para llevar a cabo diversos secuestros y pedir altos rescates.
En el caso de su hijo, abundó que inicialmente se pidió una recompensa de 3 millones de pesos, pero después de una negociación de casi 10 días se pactó entregar alrededor de 1 millón a cambio de la libertad de Roberto.
Pese a que el intercambio se hizo de acuerdo a las instrucciones de los captores y el dinero se entregó, no liberaron a Roberto.
El padre de la víctima indicó que hay videos que muestran cómo Roberto fue sacado del fraccionamiento y posteriormente llevado hacia Hidalgo, donde quemaron su camioneta para borrar rastros.
Incluso, agregó que para la negociación se buscó a su otro hijo y no a él para evitar sospechas.
Asimismo, destacó que fue evidente que después de la entrega de la recompensa, Osciel «N» se cambió de residencia.
Víctor Pérez urge a las autoridades estatales a retomar su caso y darle una respuesta certera.