En la actualidad, el tiradero de residuos sólidos a cielo abierto más grande país, conocido como Sierra de Guadalupe, está clausurado; sin embargo, los residuos permanecen en la zona, ocupando 14 hectáreas en el municipio de Tultitlán, señalaron investigadoras de la Universidad Autónoma del Estado de México.
En este sentido, la académica Alejandra Toscana Aparicio, quien en coordinación con la investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana, María Milagros Campos Vargas, llevó a cabo la investigación titulada “Riesgo socioambiental y justicia ambiental: el caso del tiradero de residuos sólidos Sierra de Guadalupe”, aseguró que el tiradero, por las condiciones en las que está y su cercanía a la población, se considera un riesgo socioambiental, porque es fuente de transmisión de enfermedades y contaminación de aire, suelo y agua.
Tras puntualizar que este tiradero se encuentra inmerso en un área urbana, la investigadora de la Máxima Casa de Estudios mexiquense enfatizó que en general, los depósitos de basura a cielo abierto de las ciudades se ubican en zonas marginadas, por lo que representan un riesgo que puede estudiarse desde la noción de la justicia ambiental.
Explicó que su trabajo de investigación es un estudio exploratorio basado en métodos cualitativos sobre la relación entre riesgo socioambiental y justicia ambiental, a partir del caso del tiradero de residuos sólidos Sierra de Guadalupe, en Tultitlán, Estado de México.
El objetivo, manifestó, es conocer qué lineamientos de la justicia ambiental se han incorporado a la planeación municipal de Tultitlán, para valorar la equidad en la localización de los impactos negativos de las afectaciones del medio ambiente y sus consecuencias sociales.