Paseo Tollocan, una de las avenidas principales de Toluca, guarda una historia de dolor y resistencia, reflejada en las cruces que se alzan a lo largo de su trayecto.
Diversos accidentes, han cobrado la vida de personas de todas las edades: jóvenes, niños, hombres y mujeres. En cada cruz se percibe un sentimiento de pérdida que resuena entre quienes transitan por la zona.


Paseo Tollocan: una vialidad marcada por historia y memoria
Las cruces, algunas deterioradas y otras vandalizadas, son testigos mudos de estas tragedias.
Restos de bases de cemento marcan el lugar donde alguna vez se levantaron en memoria de aquellos que ya no están.
Brigadas de mantenimiento cortan el pasto, recogen basura y limpian los alrededores en un esfuerzo por preservar y respetar estas señales de duelo.


La más reciente, que data de 2023, lucía aún flores frescas y muestra evidencia de cuidado; la más antigua se remonta al año 2000, ambas recordatorios de personas, en su mayoría jóvenes, cuya vida terminó prematuramente en esta vía.
Tollocan es también un espacio de paso para ciclistas, paseantes y quienes cruzan a pie.
A pesar de contar con dos puentes peatonales, la infraestructura sigue siendo un reto para los transeúntes, que a menudo enfrentan el riesgo de atravesar frente al constante flujo vehicular.


En un entorno marcado por el abandono y el recuerdo, se observa gente que pasea a sus perros o simplemente se detiene a descansar en el camellón, buscando, tal vez, una pausa en medio del bullicio.
Así, Tollocan permanece como una avenida de contrastes, donde la modernidad y el movimiento se encuentran con el dolor y la memoria de quienes alguna vez transitaron por sus caminos.

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