El Gobierno Municipal de Toluca asegura que la ciudad vivirá “un panorama totalmente diferente” a partir de abril de 2026: el 95 % de las familias tendrá agua en casa, según el Organismo de Agua y Saneamiento. El compromiso, ambicioso para una ciudad marcada por décadas de rezago hidráulico, llega en medio de una crisis que mantiene a 260 000 habitantes con desabasto por el mantenimiento del tanque San Miguel Apinahuizco, pieza central del sistema.
“El primero de enero de 2025 recibimos un 45 % de desabasto; en un año cuatro meses lo vamos a reducir al 5 %”, afirma en entrevista con AD Noticias el director del organismo, Alberto Isaac Valdés. Sostiene que, aunque después de abril quedarán “detalles por resolver”, la transformación será evidente: “El panorama va a ser totalmente diferente”.

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Una estrategia que mira a 2050
La promesa está anclada en el Plan Hídrico 2025-2050, presentado el 3 de abril de 2025, una estrategia de largo plazo para garantizar el suministro en un escenario de cambio climático y crecimiento urbano. La visión abarca tratamiento de aguas residuales, conducción de lluvia, rescate de bordos, infiltración, telemetría para detectar fugas y acciones sobre las cuencas y el río Lerma.
Pero la urgencia actual es una: que el agua llegue a las viviendas.
“Este primer año de administración se basó en eso”, explica Valdés. “Las acciones que estamos haciendo hoy van a garantizar, al menos, 25 años de abasto”. El director insiste en que el mantenimiento deberá continuar cada año para evitar el rezago que, afirma, se acumuló durante décadas.

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Fugas, el nuevo problema para 2026
Si el plan se cumple, Toluca pasará de la escasez a un reto distinto: las fugas. El aumento de presión en zonas donde antes no había flujo está revelando el desgaste de la infraestructura. El organismo ya prepara presupuesto para cambio de líneas, reparación de tramos antiguos y monitoreo de presiones.
“Pasamos de no tener agua a tener tuberías que empiezan a mostrar su antigüedad”, señala Valdés. “Eso también debe atenderse”.
Toluca tiene una eficiencia física y financiera del 60 %, lo que implica que cuatro de cada 10 litros se pierden antes de llegar a los hogares. El dato refleja la magnitud del reto: incrementar el abasto exige también controlar las fugas y modernizar las líneas más antiguas.
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Una transición que deberá sostenerse más allá de esta administración
La actual administración concluirá en 2027; el plan hidráulico proyecta acciones hasta 2050. Valdés reconoce esa tensión temporal y confía en que las próximas gestiones mantengan la ruta.
“Queríamos dejar un antecedente”, afirma. “La realidad será en poco tiempo y se va a sentir”. El objetivo de 2025 es estabilizar el suministro; el de 2026, avanzar en la reparación de fugas y la renovación de líneas.
Por ahora, el compromiso está sobre la mesa: en abril de 2026, Toluca deberá ser una ciudad donde el agua llegue al 95 % de los hogares.
Los próximos meses revelarán si esa meta —postergada durante años— finalmente se concreta.

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