Toluca de fiesta: los diablos celebran 104 años de grandeza

Toluca de fiesta: los diablos celebran 104 años de grandeza
El 12 de febrero de 1917 se firmó el acta constitutiva que daba forma al club que hoy festeja diez campeonatos de liga, pero también su infierno –La Bombonera–, sus jugadores y, por supuesto, su afición

Foto Jesús Mejía

El Toluca está de fiesta. Este viernes celebra 104 años de historia. Un equipo que sin los reflectores que la prensa ha puesto en otros –como Pumas, América, Guadalajara y Cruz Azul– ha sabido ganar, discretamente, el reconocimiento de los que saben, no de los que hablan. 104 años se dicen fácil, pero la historia la han construido, de a poco, directivos, técnicos, jugadores y afición.

El acta constitutiva que daba forma al club se firmó el 12 de febrero de 1917, el mismo año en el que se firmó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y el mismo año de la Revolución Rusa.

El club surgió en la hacienda La Huerta, propiedad de los hermanos Manuel y Francisco Henkel, en la que los peones practicaban el deporte como entretenimiento. Además del equipo La Huerta, la familia Henkel formó el equipo Xinantécatl integrado por trabajadores ferroviarios y de la Compañía de Luz. De la unión de ambos surge lo que hoy conocemos como el Club Deportivo Toluca.

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Toluca debutó en 1951 en la Segunda División Mexicana de la que, con equipos como el Zamora, el Irapuato, el Pachuca, el Morelia, el Querétaro y el Zacatepec, fue fundador. Fue en 1953 cuando los “Diablos Rojos” lograron el ascenso a la Primera División de la que, a pesar de algunas malas rachas, nunca descendió.

El cuadro escarlata tiene mucho que celebrar: diez campeonatos de liga lo colocan en el tercer lugar a nivel nacional, solo después de América y Guadalajara, y por encima de Cruz Azul y Pumas de la UNAM. Entre estos campeonatos encontramos algunos dramáticos, como contra Necaxa; sufridos, como contra Atlas; sobrados, como contra Santos; medianos, como contra Morelia; de visita, como contra Monterrey; polémicos, como contra Cruz Azul y agónicos, como contra Santos. 

Todo diablo necesita un infierno y Toluca tiene uno muy bello: el Estadio Nemesio Diez, antes La Bombonera, antes Toluca 70-86, antes Luis Dosal, antes Héctor Barraza ha sido dos veces mundialista –cómo olvidar aquella derrota de México contra Italia en el 70– y es considerado el estadio más europeo de Latinoamérica debido a su estilo arquitectónico. La remodelación para el festejo del centenario de la institución amplió la capacidad del inmueble y se techaron todas las localidades. 

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Tampoco se puede hablar del Deportivo Toluca sin hablar de sus estrellas. Jugadores como Claudio Lostaunau, Vicente Pereda, Juan Dosal, Albino Morales dieron los primeros campeonatos en la década de los sesenta. En 1975, Walter Gassire, Italo Estupiñán y Roberto Matosas dieron el tercer campeonato, pero fue la época de los noventa y en la primera de este siglo cuando el Toluca realmente conoció la gloria. La fila es larga: José Manuel Abundis, Hernán Cristante, Carlos María Morales, Fabián Estay, Salvador Carmona, Vicente Sánchez, Antonio Naelson “Sinha”, Paulo Da Silva, Hector Mancilla, Bruno Marioni, Iván Alonso son algunos de los nombres que hicieron que el país volteara a ver a este equipo de provincia. 

No, no faltó José, él necesita una mención especial. El Diablo Mayor es recordado por hazañas como la de conseguir más goles (249) en un mismo club, conseguir 29 anotaciones en un solo torneo –racha que parece difícil superar–, ser el mejor anotador mundial de Primera División en el año 2013. La historia del Toluca no se podría pensar sin este baluarte.

El escritor Eduardo Galeano escribió que “jugar sin hinchada es como bailar sin música”. Toluca, a pesar de no tener la convocatoria nacional de otros equipos, nunca ha jugado en silencio.

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Desde la conocida Porra Oficial (banda que amenizaba los partidos) hasta la actual Banda del Rojo, distintas agrupaciones de animación han respaldado al equipo. La fama la consiguió la Perra Brava, con su peculiar forma de festejar los goles quitándose la playera después del primer gol del equipo sin importar frío ni lluvia, pero no menos importantes Los Hijos del Aver… no, la Fuerza Roja, la desaparecida Barra 666, la Mano Negra, la Porra del Tigre Toño, la Unión Escarlata y agrupaciones internas a estas porras como Rojo Capo, Agrupación Toluca y su Gente y los Red Stones. Sea por porra, por barrio o simplemente en plan familiar Toluca siempre ha tenido compañía.

El Deportivo Toluca tiene mucho que celebrar: ser un referente de la ciudad y, por qué no, del estado, tener la seriedad de una directiva que ha hecho bien las cosas, las tantas alegrías para su gente, los trofeos conseguidos, la firmeza de sus proyectos.

Felicidades, Rojo.