La transparencia siempre ha sido una simulación

La transparencia siempre ha sido una simulación
El ITAIPEM podría desaparecer y nadie lo extrañaría

La transparencia siempre ha sido una simulación. El Estado de México es un caso ejemplar de cómo simular y obstaculizar el acceso a la información pública. Desde su creación y hasta ahora, el instituto funciona como un apéndice del gobierno, peor aún, como cancerbero. El ITAIPEM podría desaparecer y nadie lo extrañaría. Mínimamente, debería reformarse, porque tal como funciona ahora no sirve para una maldita cosa.

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Pero si se revisara con detenimiento toda la administración pública estatal, se encontrarían decenas de organismos que no sirven para nada y que cuestan mucho dinero. El próximo gobierno, del color que sea, está obligado a revisar la estructura administrativa y parar la sangría de recursos públicos que se van por el drenaje de los gastos inútiles. Austeridad, honestidad y eficiencia. Los expertos consideran que se podrían ahorrar anualmente 5 mil millones de pesos o más solo en cerrar oficinas superfluas.

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Victorino Barrios quiere ser rector de la UAEMex y le dedica tiempo a su legítimo anhelo. Hay quienes no comparten su forma de ganarse simpatías y espacios mediáticos, consideran que lo hace usando su actual encargo en la universidad como titular del Órgano Interno de Control. Barrios ha logrado establecer una serie de alianzas, algunas perversas, con reconocidos integrantes o beneficiarios del grupo que ha controlado a la UAEMex durante décadas y al que en público ofrece purgar. Otros apoyos los ha encontrado en exintegrantes o empleados de las legislaturas para las que trabajó también como contralor, algunos de ellos con públicas aspiraciones de convertirse en directores de alguna facultad.

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Los platos rotos de la mala sangre entre alcalde de Metepec y la crème de la crème del delmacismo los están pagando los ciudadanos que ni vela deberían tener en el entierro. Nada más por puras grillas, los automovislistas que cruzan todos los días de Metepec a Toluca o viceversa por avenida Las Torres fueron condenados a deteriorar sus vehículos en insufrible off road urbano. No pueden pavimentar un pequeño tramo de calle, no por falta de recursos humanos o materiales, sino simplemente por joder al vecino.

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Son patéticos. Ahora, alguien en la Secretaría Ejecutiva del IEEM seguramente se devanó los sesos para concluir que el Instituto tiene facultades para emplazar a este medio a que en un plazo de 48 horas viole el secreto profesional y revele sus fuentes de información. De no creerse. Cada día están peor. Sobra decir cuál fue, es y será nuestra respuesta.