Las funerarias del Estado de México han tenido que aumentar sus medidas sanitarias y mejorar sus protocolos de trabajo debido al trato que deben dar sus empleados a los cadáveres por SARS-CoV-2, la intención es ofrecer un trato humano y digno a los cuerpos, pero evitando que sus trabajadores estén expuestos a cualquier riesgo de infección.
David de Jesús Fuentes Banda, trabajador de funerales San Román, es uno de los miles de ambalsamadores de todo el país que tiene que realizar el trabajo duro para el tratamiento de fallecidos por covid-19 en el Valle de México. David es la cuarta generación de una familia que, a través de los años, se ha desempeñado en el embalsamamiento certificado, es decir, ha cumplido un largo camino dentro del trabajo mortuorio al pie del negocio familiar.
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La situación en el mercado funerario se ha visto marcado por una serie de dificultades que aprendió a manejar, desde la recuperación de los cadáveres, hasta la forma de tratar psicológicamente a los familiares basándose en la ética profesional que demanda su oficio. Aunque no ha sido nada fácil, el servicio que ofrece va acompañado de comprensión y compasión para los dolientes que lamentablemente han perdido a un ser querido sin nisiquiera poder verlo por última vez, ya que el protocolo de manejo de cadáveres, dado por la Secretaría de Salud, sugiere que los cuerpos deben ser cremados a la brevedad o en caso de que los familiares lo requieran se puede realizar la inhumación con un máximo de cuatro horas en las salas velatorias y con las cajas totalmente encapsuladas, sin ninguna esperanza de poder ver a la persona fallecida.
Los municipios a los que atiende David son hasta ahora los de la zona norte del Estado de México, Cuautitlán, Cuautitlán Izcalli y Tultepec. Lamentablemente, en los últimos 25 días se ha visto un incremento en el traslado de cadáveres realizado hasta 16 servicios funerarios en un solo día, cuando normalmente antes de que llegara la pandemia a México se realizaban de 3 a 4 servicios por semana.
Dentro de los hospitales a los que ha acudido con más frecuencia las últimas dos semanas se encuentran, en primer lugar, el Hospital General Vicente Villada (Cuautitlán, México), seguido por el Hospital de Especialidad de Zumpango, el Hospital Herrejón en Atizapán de Zaragoza, además de la Clínica 72 del IMSS, en Tlalnepantla, que hasta el momento se registran como una de las unidades médicas más saturadas para el retiro de cadáveres por parte de los servicios funerarios.
“Ha sido muy desgastante lo que vivimos, entendemos que es un negocio pero dentro del tiempo que llevo en el mercado funerario jamás había visto algo así, es muy duro para nosotros vivir las situaciones tan complicadas por las que pasan los familiares, si vieras lo desgastante y doloroso que es ver a una madre suplicando ver por última vez a su hijo, es una sensación de impotencia ya que no podemos hacer nada”, dice, David.
Desafortunadamente, los protocolos para el tratamiento de cadáveres por los que se rigen las funerarias se respetan al margen de la ley con el fin de brindar la protección a los deudos, así como al equipo funerario que brinda el servicio y el traslado del cadáver.
Dentro de los servicios funerarios y de acuerdo con cifras que se manejan dentro del mercado, los famosos coyotes, también conocidaos como cajoneros, han subido un costo en los precios desde un 30% hasta un 50% de valor original de los servicios, es decir, que el costo funerario se ha elevado tres veces más de su costo original.“Es triste ver como cientos de coyotes funerarios lucran con el dolor de la gente, en ocasiones les llegan a cobrar de $50 a los $60 mil pesos”.
En conferencia de prensa, Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, indicó que todas las funerarias deben conocer protocolo de bioseguridad del reglamento de Salud para disposición de cadáveres, tejidos y órganos y por lo tanto, tienen una licencia sanitaria de funcionamiento regulada por la Cofepris.
Respecto al aumento en los precios aún no hay un posicionamiento de Profeco para realizar operativos para supervisar que no se incrementen excesivamente los costos por el servicio, por lo que el jueves 7 de mayo, la diputada local del PRD, Gabriela Quiroga, señaló que existe una saturación e irregularidades presentadas con los servicios funerarios, por lo que pidió a la dependencia vigilar los costos por los servicios en todo el país.
Otra de las problemáticas con las que se enfrentan ahora es la saturación de crematorios, por lo que se han visto en la necesidad de recurrir a otros estados para cumplir con el servicio.
Regularmente, al inicio de esta pandemia sólo se tenía que agendar la cita en el crematorio, esperar algunas horas y se les entregaban las cenizas a los familiares, sin embargo, ahora tardan de 48 a 72 horas, dependiendo de la zona y la cantidad de cuerpos que se encuentren en proceso de cremación. “Tenemos más de 60 años y jamás me imaginé vivir esta situación, ahora si como es las películas pero al revés la realidad está superando a la ficción”.
Es bien sabido que el mundo funerario dio una vuelta de 360 grados por lo que están tomando medidas preventivas para el cuidado de su personal, además de trabajar a marchas forzadas para entregar los servicios lo más rápido posible, ya que la demanda va en aumento. “Se viene semanas muy difíciles, la gente tiene que entender que esto no es un juego ni mucho menos un invento del gobierno, la gente está muriendo de esta enfermedad y tenemos que ser más conscientes de lo que está pasando y de lo que vendrá ”, finalizó. Es tiempo también de que se reconozca la ardua labor del sector funerario, ya que son el último eslabón de esta pandemia, tratando de dar un trato digno y de calidad humana a las familias que lamentablemente sufrirán la pérdida de un familiar.
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