El Estado de México se ha convertido en la entidad con el mayor número de fallecimientos por covid-19, de acuerdo con cifras del Conacyt han muerto 29 mil 068 ciudadanos mexiquenses y que se han registrado 218 mil 962 casos, es decir una de cada siete personas que contrajo la enfermedad en territorio estatal ha muerto.
Las anteriores cifras convierten al Estado de México en el segundo lugar del país con mayor letalidad por el virus, solo por detrás de Puebla.
Pero los fallecimientos y personas contagiadas por covid-19 no solo son cifras, son familias que debieron peregrinar por varios hospitales hasta encontrar una cama para su paciente enfermo, son personas que con poca oxigenación llegaban a suplicar atención, tal y como lo relata el diario El País en su reportaje titulado “La ola infinita de casos de coronavirus que golpea al Estado de México” basado en testimonios e historias de mexiquenses que perdieron a un ser querido o familiares de personas contagiadas.
La primera historia es sobre Jesús Rubén Lagunas, quien a la edad de tenía 95 años se contagio de covid-19, quien en compañía de su nieta Kristel Martínez peregrinaron por varios días por algunos hospitales, con la esperanza de ser recibido y atendido.
Jesús Rubén llegó al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) donde le dijeron que no había camas ni oxígeno, con el 60% del pulmón dañado, un tanquecito de oxígeno en el que apenas ya quedaba y una saturación del 75%, llegó al Hospital General de Atlacomulco, pero el 17 de enero falleció.
Casos como el de Jesús Rubén se repitieron en todo el estado, en la llamada primera ola, los hospitales estaban saturados, con el paso de los meses y el aumento de casos, el oxígeno medicinal empezaba a ser escaso, todo se complicaba por el cierre de actividades económicas.
El Estado de México es la entidad más poblada del país, lo que lo convierte en un foco rojo de la pandemia, aunado a la gran movilidad de sus habitantes que por situaciones como la pobreza se ven obligados a trabajar fuera de sus ciudades o comunidades.
De acuerdo con información de El País, son Ecatepec y Toluca, los municipios que acaparan el mayor número de casos y decesos, mientras que en los municipios rurales la enfermedad se ha convertido en una trampa mortal.
“Tenemos un universo importante de adultos mayores. Somos una población con comorbilidades: hipertensión, cardiopatías y diabetes. Somos un país con obesidad. Todos estos factores se han conjugado para que haya un número de casos tan importante en el Estado”, razona Víctor Durán, subdirector de Epidemiología del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM).
El primer caso detectado en la entidad mexiquense fue un hombre de Tlalnepantla que había viajado a Italia. El caso se confirmó el 29 de febrero, siendo el segundo en el país, desde ese día comenzó la espiral de casos, que no ha tregua al sector salud.
Víctor Durán, explicó que “nunca salimos de nuestra primera gran ola. En agosto y septiembre, tuvimos un descenso marcado, pero la curva nunca llegó a aplanarse. A partir de octubre comenzó el segundo pico y fue más intenso que el primero”.
La tragedia llegó a su punto álgido en enero, después de las fiestas de Navidad.
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló en su último informe que el Estado de México es la entidad donde mayor exceso de mortalidad se registró de todo el país en 2020. Solo de enero a agosto fallecieron 83 mil 456 personas más que el año pasado. El Inegi sí contabiliza a aquellos que murieron en sus casas, en la calle.
El director del Hospital General de Atlacomulco, Antonio Cruz, comentó a El País, que este nosocomio atiende a ocho municipios del norte del Estado de México. “Las zonas más marginadas, con una extrema pobreza”.
Lo eligieron como hospital covid de la región por tener la mayor capacidad resolutiva, “a pesar de las deficiencias”. Cuentan con 60 camas, que durante la cresta de la ola estuvieron todas ocupadas, ahora hay 19. Aquí acuden los pacientes que no tienen derecho a acceder a ningún otro hospital. Ofrecen gratis el oxígeno, el personal médico y una cama. En muchas ocasiones no disponen de los medicamentos, ni de un catéter o de los tubos de ventilación mecánica, y los familiares, que esperan día y noche en la puerta del hospital, deben acudir rápido a las farmacias.
Además el hospital padece por la falta de médicos generales, de urgencias, intensivistas y de medicina interna.
El doctor Cruz detalla que en enero llegaron a siete decesos por jornada, situación que afectó emocionalmente a su personal.
La llegada de vacunas fue una esperanza para los médicos, además de Ecatepec, la segunda ciudad más poblada del país, Atlacomulco es uno de los 27 municipios rurales del Estado de México donde ya se han vacunado a todos los adultos mayores.
Ahora personal médico y autoridades de salud temen un repunte, por la Semana Santa.
Victor Durán comentó que además de limitar los aforos se van a implementar test rápidos en Jueves y Viernes Santo en los que han sido destinos turísticos históricamente como Chalma.
El reportaje completo se puede leer en: https://bit.ly/30dUH5L