Uno de cada tres niños en el mundo tiene cantidades peligrosas de plomo en su sangre

Afecta el desarrollo del cerebro, el sistema nervioso y órganos vitales como el corazón y los pulmones

Casi uno de cada tres niños en el mundo tiene altos niveles de plomo en su sangre, según un nuevo estudio que indicó que la extendida contaminación con este metal pesado pone a millones de jóvenes en riesgo de sufrir daños mentales y físicos irreversibles.

Unos 800 millones de niños tienen niveles de 5 microgramos por decilitro o más en su torrente sanguíneo, indicó el estudio elaborado por Unicef y el grupo medioambiental Pure Earth. Esta cifra es considerada lo suficientemente alta como para afectar al desarrollo del cerebro, el sistema nervioso y órganos vitales como el corazón y los pulmones.

La Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos dijeron que los altos niveles de plomo en los niños son una «causa para la acción», según el informe, que se refirió al inadecuado reciclaje de baterías y a las fundiciones al aire libre entre los principales contaminantes.

«La conclusión inequívoca de esta investigación es que niños en todo el mundo se están envenenando con plomo a una escala masiva y previamente no reconocida», indicó el reporte, publicado el jueves.

El estudio citó un amplio rango de factores responsables, desde el reciclaje inadecuado de las baterías de ácido-plomo y casas donde se desprende su pintura con plomo hasta vertederos de basura electrónica y contaminación de los alimentos por el uso de cerámica esmaltadas con plomo.

Las baterías podrían ser las principales culpables, ya que casi el 85% del plomo usado en el mundo se destina a su producción, para el uso en telecomunicaciones y equipos de respaldo eléctrico, además de autos convencionales y eléctricos.

Aunque más del 95% del plomo de las baterías es reciclado en Estados Unidos y Europa, las economías en desarrollo carecen de instalaciones para reutilizar el metal pesado, según el estudio.

El reporte dijo también que cuanto más tiempo pase sin detectarse y sin tratarse la toxina en el torrente sanguíneo, más peligrosa y potencialmente letal se convierte.