#VocesSororas. Sara Jerónimo Pascual, la necesidad del equilibrio

#VocesSororas. Sara Jerónimo Pascual, la necesidad del equilibrio
La artista originaria de Temoaya considera que el cine cambia cuando los participantes se involucran

Sara Jerónimo estudió Artes Plásticas y se dedica a muchas cosas, entre ellas el cine. Aunque no se considera feminista —porque piensa que es indispensable que haya unión y equilibrio entre hombre y mujeres—, Sara hace trabajo con mujeres, de mujeres y para mujeres.

En el cine, dice ella, ha trabajado con las mujeres de la comunidad y se dice satisfecha de compartir con ellas el trabajo porque es una forma de compartir otra visión y mostrar que lograr los sueños es posible.

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La mujer abuela, la mujer valiente

Sara proviene de una comunidad y percibe a “las abuelas” —como ella les llama— como mujeres fuertes y con coraje, quienes han sabido resistir y hacer de la montaña y el campo una forma para encontrarse a sí mismas.

Las admira, explica, porque son sabias y porque, aunque han vivido muchas cosas, pueden apoyar, “dar la mano y levantarte”, hacer armonía con la tierra y las raíces; las abuelas, las niñas, la hermanas, las mujeres de la comunidad son una especie de inspiración para Sara.

En el cine ella busca dar una mirada de las mujeres tal como son, con la intención de compartir un poco de esta visión.

“No soy feminista”, asume Sara Jerónimo

Sara no se considera feminista porque cree indispensable que haya una unión y equilibrio entre hombres y mujeres. Aunque reconoce que hay cosas críticas para las mujeres, dice que no está de acuerdo con la violencia.

Romper los estereotipos

En la Facultad de Artes, comparte Sara, le costó mostrar su contexto porque lo tacharon como arte popular o antropología; ella dice que existe una visión “folclorizada” de las comunidades indígenas, donde una mujer no siempre lleva trenzas y vestimenta colorida.

En la comunidad existen ideas preconcebidas: “la mujer debe quedarse en casa”, “tienes que aceptar ser golpeada”, “la mujer debe casarse siempre”. Ella ha podido ver el machismo o la violencia y trata de compartir nuevas ideas, su visión, una visión diferente, decir que la violencia es violencia y no es normal, trata de dar ideas de cómo alejarse de ella, romper con esta situación.

Sara comparte sus ideas con las mujeres de su familia, de su comunidad o de otras partes; decirles que es posible hacer cosas y que pueden, ellas mismas, salir e impulsarse les brinda una visión diferente.

El cine como elemento transformador

El cine cambia las cosas cuando involucras a los participantes, dice Sara Jerónimo. Lo que ella ha hecho, en su mayoría con mujeres, le ha permitido marcar una pauta. El cine hecho por mujeres —aunque también participen hombres— genera un cambio.

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La política y la institución

Aunque en ocasiones las instituciones utilizan un discurso de cambio y transformación —tanto con las comunidades indígenas con las mujeres— la transformación no es verdadera. Sara cuenta que ha conocido personas que solo se ponen la vestimenta para eventos políticos, en algún momento usaron su nombre para decir que se apoyaba a los indígenas.

En estos casos también ha sido testigo de maltratos hacia el hombre por asuntos de poder. Al respecto, piensa que lo que se requiere es equilibrio, ser más humano independientemente del género.

El 8M

Sara ya no asiste a las marchas, aunque antes sí lo hacía, primero por pandemia. Además, dice que para ella es más significativo cuando la contribución la haces de manera directa; antes contó que en su comunidad, Temoya, las participantes de una marcha irrumpieron en las escuelas y destruyeron mobiliario, ella no estuvo de acuerdo con dichas acciones. Dice que está convencida de que “más violencia no cura la violencia”.

Sara comparte su trabajo y habla con las mujeres de su entorno, les dice dos cosas: que se tiene que parar la violencia y que es posible lograr los sueños y cumplir lo que realmente se quiere hacer.