Vuelve al escenario con prótesis

Adrianne Haslet-Davis, una bailarina profesional estadounidense que perdió la pierna izquierda durante los atentados en el maratón de Boston el 15 de abril pasado, regresó por primera vez al escenario este miércoles 19 de marzo en el plató de TED Vancouver, ante la ovación del público presente. Ahí, junto con el bailarín profesional Christian Lightner, […]

Adrianne Haslet-Davis, una bailarina profesional estadounidense que perdió la pierna izquierda durante los atentados en el maratón de Boston el 15 de abril pasado, regresó por primera vez al escenario este miércoles 19 de marzo en el plató de TED Vancouver, ante la ovación del público presente.

Ahí, junto con el bailarín profesional Christian Lightner, bailó una rumba para demostrar el avance de casi un año de trabajo con su nueva pierna: una revolucionaria y personalizada prótesis, diseñada por el hombre al que la revista Time llamó en 2011 el “Líder de la Era Biónica”, Hugh Herr.

Hugh Herr es el líder del grupo de investigación en Biomecatrónica, la tecnología que busca fusionar fisiología con electromecánica, en el Massachussetts Institute of Technology (MIT). Él mismo es un cyborg, un alpinista que perdió ambas piernas a los 17 años. Diseñó sus propias piernas y es el responsable de los últimos avances en extremidades biónicas para personas con discapacidades físicas. Junto con su equipo ha desarrollado las mejores prótesis de rodilla, el primer pie biónico y un sistema de pantorrillas biónicas llamado BiOM.

Pero para ayudar a Haslet Davis, Herr tenía que idear una prótesis específica para danza.

“Jamás habíamos pensado en algo así. Pero una extremidad artificial es como una hoja en blanco. Lo que se te ocurra, lo puedes construir”, dijo el estadounidense a la revista Mashable.

El laboratorio de Herr dedicó dos meses completos a observar, con sensores, las dinámicas de la danza, de cómo se mueven los bailarines y qué fuerzas aplican al moverse. Con los datos adquiridos, desarrollaron un algoritmo que une los sensores sobre la prótesis, con un motor dentro de ella, haciéndola funcionar como una médula espinal.

En las propias palabras de Herr: “le copiamos a la naturaleza” en crear un material sintético que se mueve como si fuera de carne y hueso.

La prótesis de baile de Haslet-Davis es sólo una de las prótesis que usa hoy, sin duda, la más personalizada y con la mejor tecnología.

(Con información de Animal Político)