¿Y ahora cómo combatiremos las carencias sociales?

 Mejorar las condiciones de vida de la gente siempre será una buena bandera política. Cualquier personaje que aspire a un cargo de elección popular –desde un alcalde hasta el presidente de la República– siempre que externen su convicción de hacer todo lo posible porque la gente viva mejor (y que convenza de ello, claro está) se […]

 Mejorar las condiciones de vida de la gente siempre será una buena bandera política. Cualquier personaje que aspire a un cargo de elección popular –desde un alcalde hasta el presidente de la República– siempre que externen su convicción de hacer todo lo posible porque la gente viva mejor (y que convenza de ello, claro está) se granjeará muchos votos. Pero luego, traducir esas palabras en programas de gobierno, en políticas públicas y a acciones concretas no es un paso tan sencillo.

Para documentar el tamaño del problema que México tiene en materia de mejoras sociales hay que estar enterados que existen, sólo a nivel federal más de 150 programas. Es decir, acciones de gobierno que destinan ideas, acciones y dinero buscando reducir la pobreza o mejorar el acceso a los derechos de las personas.

¿Alguien sabe cuáles son todos ellos o en qué consisten? Bueno hay de todo tipo y la instancia que en nuestro país existe para analizar las políticas de corte social, que es el Coneval, recientemente realizó una revisión del estado que guardan todos esos programas (el documento se llama “Análisis de los cambios presupuestarios de los programas sociales entre 2018 y 2019”), llegando a la conclusión de que sólo 93 de ellos son “programas prioritarios”. El resto podrían desaparecer y difícilmente se notaría. Pero la revisión hecha por el Coneval va más allá y se pregunta cuáles de esos 93 programas continuarán este año, con el nuevo gobierno federal. Su afirmación es que 81 continúan, en tanto que una docena ya no recibieron presupuesto. A cambio el actual Gobierno de la República ha creado programas nuevos.

Según el Coneval, de ese total de programas sociales que operaban hasta el año 2018 había 45 vinculados con el combate a la pobreza, pero a partir de este 2019 de aquellos ya sólo funcionarán 36 y su presupuesto experimentó una reducción de 4.4%, quedando en 330,591.4 millones de pesos. En tanto, de los 105 programas que  el mismo Coneval estimó que no son prioritarios, se mantendrán en operación 95 y tendrán un presupuesto un poquito mayor (0.8%) que llegaría a 568,885.6 millones de pesos. En pocas palabras, el Presupuesto de Egresos de la Federación para este año 2019 asignó dinero para que sigan funcionando 81 programas prioritarios, de los cuales 36 se relacionan con la pobreza, aunque hay programas nuevos, pero como aún no hay datos sobre el nivel de incidencia en el problema, pues no está en este análisis.

¿Cuáles desaparecen? Bueno, hay varios que están más o menos identificados por la gente, como el de Comedores Comunitarios, el de Empleo Temporal, el de Pueblos Mágicos y el de Fortalecimiento de la Infraestructura Científica y Tecnológica, entre otros. ¿Y cuáles son los nuevos? En el ámbito agrícola aparecen 5 programas: Precios de Garantía a Productos Alimentarios Básicos, Crédito Ganadero a la Palabra, Fertilizantes, Producción para el Bienestar y Agromercados Sociales y Sustentables. En materia económica hay un programa nuevo: Microcréditos para el Bienestar. En el ramo educativo aparecen ahora el programa Universidades para el Bienestar Benito Juárez García y la Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez. En lo que toca a programas del ámbito laboral, se crea el programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Para las tareas de desarrollo territorial y urbano se crean dos programas para este 2019: Programa de Fomento a la Planeación Urbana, Metropolitana y el Ordenamiento Territorial y el Programa Nacional de Reconstrucción (para atender los problemas de los sismos de 2017). Y los últimos tres nuevos programas que se anuncia son el de Cultura Comunitaria, el de Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente y el de Sembrando vida (que es básicamente para reforestar áreas naturales).

Todo lo anterior es según el Coneval. Pero esta misma semana un conglomerado de Organizaciones de la Sociedad Civil que se aglutinan en algo que se llama  “Acción Ciudadana Frente a la Pobreza” hicieron también público su documento “Claroscuros: Posicionamiento y Análisis de los Cambios en la Política frente a la Pobreza” y en él reconocen ocho medidas positivas en política social: Incremento al salario mínimo por encima del costo de la canasta básica, prioridad en la cobertura de los programas sociales a zonas con población indígena, creación de la pensión universal para adultos mayores, nuevas transferencias monetarias a personas con discapacidad, apoyo para formación en el trabajo de jóvenes desocupados, mayores opciones educativas y becas para jóvenes, cobertura universal de los servicios de salud y apoyo a los pequeños productores del campo.

Lo que está por verse son los resultados; bien implementados, vigilados y documentados toda este pléyade de programas deberían bastar para dar algunas respuestas a la gente más necesitada, pero será con el tiempo y a la luz de sus resultados  que se pueda analizar qué tan buenos fueron los programas.