Alfeñique, una manera de no olvidar a los muertos

Toluca, Estado de México; 25 de octubre de 2019.- Marco Antonio Gómez vende alfeñique, calaveras de chocolate, dulces de pepita y jamoncillo en el puesto 45 del Portal Constitución. Dice que lo hace desde hace aproximadamente 45 años, él y todos los integrantes de una asociación que, año con año, se instalan en los portales de Toluca […]

Toluca, Estado de México; 25 de octubre de 2019.- Marco Antonio Gómez vende alfeñique, calaveras de chocolate, dulces de pepita y jamoncillo en el puesto 45 del Portal Constitución. Dice que lo hace desde hace aproximadamente 45 años, él y todos los integrantes de una asociación que, año con año, se instalan en los portales de Toluca cuando se acerca el Día de Muertos.

 

Dice, también, que hacer el alfeñique no tiene gran ciencia pero sí es tardado porque las piezas deben secarse, luego pegarse y después decorarse. También explica que ahora que hay pvc se hacen más calaveras de chocolate; de este ingrediente se venden más porque la gente prefiere dar un regalo de chocolate. 

Para hacer la pepita -que se compra salida de la calabaza- se debe lavar varias veces, luego se muele y se prepara en cazuela de barro, donde se le va agregando azúcar; con esa pasta se elaboran las figuras que vende.

Figuras de pepita también son una tradición en Día de Muertos./Foto: Jesús Mejía

El jamoncillo tiene el mismo procedimiento pero con menos azúcar; el buen jamoncillo, explica, es el que no se cuartea con el frío porque no tiene gran cantidad de azúcar. 

Para esta época, don Antonio y su familia fabrican aproximadamente 5 mil piezas; explica que su inversión y la renta que se paga por el local sí se cubren con lo de las ventas y que, casi siempre venden todas, no obstante, ellos se dedican a otras cosas porque la venta del alfeñique sólo se realiza en época de muertos. 

Don Antonio tiene un interés, menciona, por preservar la tradición de muertos. Él desea que la celebración de muertos se mantenga; trabajar en esto, dice, es una manera de no olvidar a los difuntos y en casa se les recibe con alimentos que, moldeados en dulce,  vende en su local. 

En la Feria del Alfeñique no pueden faltar las catrinas, como las de Don Antonio/Foto: Jesús Mejía

Don Antonio también tiene a la venta calaveras de barro que hacen sus parientes de Michoacán: su madre es de Tzintzunzan y con esas raíces michoacanas es que elaboran las calaveras. 

En Toluca, la Feria del Alfñique empezó a inicios de los años treinta y aunque es cierto que el chocolate ha desplazado al alfeñique y que muchos de los productos que se expenden, como el caso del papel picado, ya no son elaborados en las familias, sino que se compran en la Ciudad de México, se siguen vendiendo figuras de pepita y otros dulces; además, la instalación de feria, de alguna manera, ha dado identidad la ciudad.  

Las frutas, hechas de pepita, le dan colorido a la Feria del Alfeñique/Foto: Jesús Mejía

Las calaveras de barro, en el puesto de don Antonio cuestan de 120 a 1,200 pesos, dependiendo del tamaño; el precio de las calaveras varía de 40 a 60 pesos, también dependiendo del tamaño y del material que se utiliza.