Para Juan Carlos, la vida comenzó a los 12 años cuando decidió confesar a su familia sobre su preferencia sexual, tabú con el que vivía en secreto y que después de revelarlo, lo hizo cambiar, no solo de ropa, sino de nombre para ser llamado como Alin.
Alin, quien actualmente tiene 35 años, es originario de Santiago Tianguistenco, donde desde siempre ha vivido con su familia y es socio en el negocio de cárnicos.
Al celebrarse este sábado la marcha de la comunidad lésbico, Gay, bisexual y transexual (LGBT) al menos reunieron 800 participantes de diferentes grupos, entre ellos Alin, y caminaron por las calles del centro histórico de Toluca, para llegar hasta la plancha de la plaza de Los Mártires, donde colocaron sus banderas en manifestación por sus derechos.
“Te puedo decir que tenía 12 años cuando me declaré abiertamente como gay, le dije a mi papá que me gustaban los hombres y no las mujeres.
“Pero es una lucha muy fuerte, porque por lo regular nos encontramos padres machitas, en mi caso por fortuna es que mi familia me aceptó y ayudó pero no todos tienen la misma suerte”, externó Juan Carlos.
La marcha de la comunidad del LGBT, tuvo como puntos de reunión la Alameda central de Toluca, desde donde se desplazaron para llegar a la plaza de los Mártires.
Mediante un evento musical y lonas que colocaron en el suelo, recordaron a las autoridades las peticiones que han hecho para ampliar sus derechos como parte de la sociedad.
Al igual que Juan Carlos, los demás integrantes de la comunidad gay usaron disfraces diseñados por ellos mismos que preparan cada año para unirse a la marcha.
Según explicó Juan Carlos, debido a la falta de garantías que hay para su comunidad, es difícil encontrar trabajo a falta de credenciales y documentos que los identifiquen.
“Cuando estoy en el negocio de mi familia, me voy con pantalón, camisa y zapatos de hombre, porque entiendo que aún no somos aceptados, entonces lo hago para conservar a los clientes del negocio”, explicó.
Además de estar en el negocio de su familia, Alin ofrece servicios como coreógrafo para quince años y eventos especiales, con lo que genera algunos recursos para subsistir, comprar su ropa, y ayudar en la manutención de la casa en que vive con su familia.
Entre los relatos que compartió el transexual, están sobre todo marcados con la violencia u discriminación, que aseguró, vive a diario, por lo que prefiere ignorar y continuar luchando mediante su agrupación para lograr mayores derechos que sean reconocidos para personas con su preferencia sexual.