Se cumplen tres años del trágico asesinato de Isaac Gamboa Lozano y su familia en una lujosa casa de descanso en Temixco. El hecho ocurrió durante el inicio de la pandemia de COVID-19, cuando la familia decidió resguardarse en ese lugar. El jueves fatídico, alrededor de las tres de la tarde, un grupo de cuatro hombres armados ingresó a la casa sin forzar las cerraduras y perpetró un acto de violencia despiadado.
Los asesinos, quienes se informó que anteriormente habían pertenecido a la Marina, asesinaron a sangre fría a Gamboa, sus tres hermanos y su madre de 60 años. Este brutal ataque se llevó a cabo a plena luz del día, a la vista de sus parejas, hijos y trabajadores domésticos. Los homicidas ejecutaron su plan meticulosamente en menos de tres minutos, sin llevarse ningún objeto de valor. Su objetivo parecía ser eliminar sin dejar rastro a los miembros de la familia Gamboa.
Isaac Gamboa, un poderoso exfuncionario de la Secretaría de Hacienda durante la administración de Enrique Peña Nieto, estuvo involucrado anteriormente en la Operación Safiro, un caso de desvío de recursos públicos utilizado para financiar campañas del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
A pesar de que han transcurrido tres años, el verdadero motivo detrás de este crimen aún no ha sido esclarecido. La Fiscalía de Morelos arrestó a Bethzabee «N», esposa de Isaac Gamboa, días después del multihomicidio, acusándola de ser la presunta autora intelectual en complicidad con el líder de los asesinos, quien había sido escolta de su esposo y se rumoreaba que mantenía una relación sentimental con ella. La mujer ha estado recluida en el penal femenil de Atlacholoaya, Morelos, desde entonces, sin recibir una sentencia. Las autoridades han categorizado el caso como un «crimen pasional» y han denominado al expediente como el caso Viuda Negra.
Es preocupante que la Fiscalía estatal haya decidido no considerar la línea de investigación relacionada con el pasado político de Gamboa, especialmente su participación en un caso de corrupción que las autoridades federales y locales ya habían comenzado a investigar, y por el cual varios funcionarios de menor rango ya habían sido detenidos. Resultaba previsible que, en algún momento, las investigaciones alcanzaran niveles más altos y se revelaran más detalles.
A medida que se cumple el tercer aniversario de esta tragedia, la familia y la comunidad exigen que se esclarezcan los motivos detrás del asesinato y se haga justicia. Es fundamental que las autoridades continúen investigando todas las líneas posibles, incluyendo el pasado político de Gamboa, para garantizar que ningún responsable quede impune y que se brinde un cierre a este caso que ha dejado un profundo impacto en la sociedad.
La corrupción, el trasfondo
El asesinato de Isaac Gamboa Lozano, ocurrido hace tres años en Temixco, ha revelado un trasfondo de corrupción y blanqueo de dinero relacionado con su pasado político. Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, Gamboa ocupó el cargo de titular de la Unidad de Política y Control Presupuestario de la Secretaría de Hacienda, desde donde autorizaba transacciones millonarias de fondos públicos a los estados de manera discrecional. Su superior directo era el secretario Luis Videgaray, una figura influyente en el gobierno priista.
En 2016, antes de las elecciones estatales de ese año, Gamboa autorizó una transferencia millonaria al Gobierno de Chihuahua, encabezado en ese momento por César Duarte. Parte de ese dinero, específicamente 250 millones de pesos, fue desviado y blanqueado a través de empresas fantasma, para finalmente ser canalizado a las arcas del PRI, bajo el liderazgo de Manlio Fabio Beltrones. Estos hechos fueron documentados por la Fiscalía de Chihuahua una vez que el partido tricolor perdió las elecciones y Javier Corral, del PAN, asumió el poder. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) descubrió que la Operación Safiro se replicó en otros estados y que la cantidad desviada desde la Hacienda federal fue mucho mayor.
Después del asesinato de Gamboa en mayo de 2020, la UIF reveló que él y su esposa, Bethzabee, quien tuvo dos hijos con él, estaban involucrados en un entramado de corrupción. Bethzabee, en calidad de testaferra, era accionista de tres empresas ficticias que blanquearon alrededor de 64 millones de pesos. Sin embargo, estas compañías solo representaban la punta del iceberg de una red de blanqueo a gran escala, en la cual circularon alrededor de 5.800 millones de pesos, muchos de los cuales fueron transferidos a cuentas en el extranjero, según las investigaciones de la UIF. Aún está por determinarse si parte de ese dinero proviene de sobornos pagados a Gamboa por sus actividades corruptas, o si sus empresas se utilizaron directamente para blanquear los recursos desviados en la Operación Safiro. Esta es una cuestión que deberá ser resuelta por la Fiscalía General de la República (FGR), que en 2020 inició una investigación en la que Bethzabee y varios prestanombres enfrentan cargos por delincuencia organizada y blanqueo de capitales.
«Crimen pasional»
La investigación federal, relacionada con el blanqueo de dinero, sigue un camino separado de la carpeta de investigación local del homicidio. La Fiscalía de Morelos mantiene la hipótesis del «crimen pasional», basada en el testimonio de una amiga distante del escolta de Gamboa y en los relatos de los sobrevivientes de la masacre, quienes afirman que la acusada permitió la entrada de los asesinos a la casa de Temixco.
Hasta la fecha, solo uno de los miembros del comando armado, Jesús Manuel «N», conocido como El Mongoy y también exmarino, ha sido detenido y condenado a 125 años de prisión.
A medida que se entrelazan los hilos de corrupción y violencia en este caso, la sociedad exige que se esclarezca la verdad detrás del asesinato de Isaac Gamboa Lozano y que se aplique la justicia correspondiente. Es fundamental que las autoridades, tanto a nivel estatal como federal, continúen investigando a fondo todas las líneas de investigación para desentrañar los motivos y los responsables de este terrible crimen, y así brindar un cierre adecuado a esta tragedia que ha conmocionado a la sociedad mexicana.