En las inmediaciones del Hospital del Niño de Toluca se observa basura, borrachos dormidos en las bancas, ambulantaje y decenas de casas de campaña que albergan a padres de familia que esperan noticias de sus pacientes.
De acuerdo con las autoridades del nosocomio, por cada paciente hay de 7 a 9 familiares que esperan afuera; algunos utilizan el albergue del DIF que se encuentra dentro de las instalaciones, pero los más deciden pasar las noches en las tiendas de campaña, algunas de las cuales son utilizadas como bodegas de vendedores ambulantes.
Las acciones de las autoridades médicas no han funcionado. Los “campamentos” permanecen en las jardineras, a pesar de que todos los días trabajadoras sociales reparten trípticos a las familias, en los cuales se informa lo que ofrece el albergue: espacio para dormir, desayuno, comida, cenas y regadera, con cuotas de recuperación que van de 2.50 a 5.00 pesos.
Si bien la gente prefiere esperar en la banqueta, no se quejan de la atención médica; lo que exponen es que la capacidad del albergue es limitada – para 74 personas o más – y niegan que compren las casas de campaña.