Circula por redes sociales el hashtag #YoNoSoyCharlie, esto no significa que el grupo de gente esté a favor de lo ocurrido al equipo de Charlie Hebdo, de ninguna manera se aprueban semejantes hechos terroristas, sin embargo tampoco están a favor de las notas racistas, clasistas, islamofóbicas, misóginas, homofóbicas, que realizaba la publicación.
El argumento de este hashtag es que no están de acuerdo con Charlie Hebdo, que a parte de que publicaba sátiras provocadoras que eran ofensivas para más de uno en contra de los musulmanes, también publicaba en reiteradas ocasiones caricaturas que ofendían a distintas religiones y grupos sociales.
El debate se centra en la libertad de expresión, pero la libertad de poderse expresar se puede encontrar truncada cuando llega a la ofensa de los demás. Aunque claro, existe la respuesta ante esta declaración, pero entonces cuando uno se expresa siempre puede ofender a alguien, por ende no puede uno decir lo que piensa. La respuesta puede encontrarse simple y al mismo tiempo complicada. Está claro que el pensamiento y opinión de uno puede resultar ofensivo para otro, pero sí debe de existir un límite y Charlie Hebdo se dirigía siempre a atacar con sus caricaturas que iban más allá de ser una mera opinión.
Lo que se puede concluir de este tema, es que es verdad, se condena un acto tan vil y tan ruin el hecho de privar de la vida al equipo de Charlie Hebdo, pero al mismo tiempo se condenan expresiones tan ofensivas que van dirigidas a las minorías. Como bien dicen, la libertad de uno termina dónde comienza la del otro, el aspecto a diferenciar es esa delgada línea en dónde termina y empieza la del otro.