La Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) no solo atraviesa una pausa en sus actividades académicas. El paro estudiantil activo en al menos 18 planteles ha puesto sobre la mesa una discusión más amplia: ¿qué tipo de universidad necesita la sociedad mexiquense? ¿Cuál es su papel público en un contexto de exigencias democráticas y crisis institucional?
Para el doctor Javier Niño Martínez, sociólogo y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, el conflicto que vive la UAEMéx no puede reducirse a una suspensión de clases. Si bien admite que, de prolongarse, podría haber afectaciones al calendario de más de 100 mil estudiantes de todos los niveles —desde preparatoria hasta posgrado y educación a distancia—, su lectura apunta a un plano más profundo.
“En el corto o mediano plazo no son visibles las afectaciones, pero sin duda en una población tan grande hay impacto. Lo que atañe a nuestra institución es encontrar una solución adecuada”, señala. Sin embargo, el debate de fondo —asegura— no está en la logística académica, sino en el rumbo que debe tomar la universidad pública.
El paro ocurre en medio de un proceso de sucesión en la Rectoría, lo que ha generado suspicacias en torno a la equidad del proceso. Y ha motivado pronunciamientos, tanto de candidatas como de colectivos estudiantiles. La toma del edificio central y la paralización de actividades han sido acompañadas por demandas que incluyen mayor representación, mecanismos reales de participación y una transformación del modelo institucional.
Para Niño Martínez, el momento exige que la UAEMéx asuma su carácter público no solo en lo administrativo, sino en su sentido profundo. “Es un momento de exigencias por parte de la comunidad universitaria, en el que la institución debe reflexionar e implementar acciones que atiendan las demandas. Es necesario darle un sentido y orientación claros a la universidad”.
Posible impacto social y diversidad de opiniones en el conflicto en la UAEMex
Aunque por ahora el impacto del paro se percibe dentro del ámbito universitario, el académico considera que el conflicto pronto trascenderá a la esfera pública. “De momento no tengo claro cuál podría ser el impacto hacia fuera de la universidad. Pero hay un apoyo de parte de un buen número de integrantes de la sociedad. Asumo que la sociedad también tiene una diversidad de opiniones. A medida que avance, se convertirá en un tema de mayor relevancia pública”, afirma.
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La reflexión no es menor: la UAEMéx es una de las universidades públicas más grandes del país y recibe financiamiento estatal y federal. “Eso implica una responsabilidad social muy clara: formar profesionistas, sí, pero también vincularse con las necesidades colectivas, fortalecer la investigación, divulgar el conocimiento científico y hacer de la cultura un bien común”, sostiene el doctor Niño.
El paro, visto desde esta óptica, es mucho más que una interrupción en las aulas. Es un síntoma de descontento. Pero también una oportunidad histórica para que la universidad rediscuta su misión en una sociedad que reclama instituciones más abiertas, participativas y comprometidas con lo público.
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