Crece sensación de inseguridad

La inseguridad que se vive en el Estado de México obliga a los ciudadanos a cambiar hábitos como no portar joyas, no traer dinero en efectivo o tarjeta de crédito, además evitar que los menores salgan a las calles, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI. El sondeo se […]

La inseguridad que se vive en el Estado de México obliga a los ciudadanos a cambiar hábitos como no portar joyas, no traer dinero en efectivo o tarjeta de crédito, además evitar que los menores salgan a las calles, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI.

El sondeo se realiza principalmente en las capitales de los estados. Para Edoméx se toma como muestra la ciudad de Toluca.

Los resultados advierten que el 72.4 por ciento de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro. En comparación con el resultado del mes de diciembre de 2013, que fue de 68.0 por ciento, implica un incremento de 4.4 puntos porcentuales.

El levantamiento se realiza de manera trimestral, y estos últimos datos fueron recolectados el pasado mes de marzo.

En el mismo periodo, la población de 18 años y más que reside en las ciudades objeto de estudio manifestó que en los últimos tres meses ha escuchado o ha visto en los alrededores de su vivienda situaciones como consumo de alcohol en las calles (69.0 por ciento), robos o asaltos (66.4 por ciento), vandalismo (56.5 por ciento) y venta o consumo de drogas (40.2 por ciento).

La ENSU incluye conceptos relevantes en el tema de la seguridad pública, tales como: la sensación de inseguridad por temor al delito (percepción); expectativa social sobre la tendencia del delito; atestiguación de conductas delictivas o antisociales; cambio de rutinas por temor a ser víctima del delito y percepción del desempeño de la policía como autoridad responsable en materia de seguridad pública.

El 65.0% de la población de 18 años y más que reside en las ciudades objeto de estudio manifestó que en los últimos tres meses, por temor a sufrir algún delito modificó sus hábitos respecto a llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito; mientras que 50.8 por ciento cambió rutinas de caminar por los alrededores de su vivienda después de las ocho de la noche; 47.6 por ciento señaló que modificó sus hábitos respecto a permitir que salieran de su vivienda sus hijos menores; y 30.6 por ciento cambió rutinas relativas a visitar parientes o amigos.

El  70.2 por ciento de los encuestados consideró poco efectivo o nada efectivo el desempeño de la policía en sus labores relativas a la prevención y combate a la delincuencia. Además la percepción ciudadana advierte que en los próximos meses la situación de inseguridad podría empeorar.