De la Tierra del Sol a la tierra de Trump

  “Aquí tenemos ángeles guardianes que nunca volveremos a ver pero que están presentes cada día, sonando sus alas con su dinero”, dice don Costo Figueroa. Hombre de 72 años nacido en Pilcaya Guerrero, pero que desde los dos años llegó, con su familia a vivir a Tonatico. Desde que recuerda siembra cebolla en los […]

 

“Aquí tenemos ángeles guardianes que nunca volveremos a ver pero que están presentes cada día, sonando sus alas con su dinero”, dice don Costo Figueroa. Hombre de 72 años nacido en Pilcaya Guerrero, pero que desde los dos años llegó, con su familia a vivir a Tonatico. Desde que recuerda siembra cebolla en los campos que su padre pudo comprar.

Hoy tiene una tienda de abarrotes. Es la más “surtidita” de la calle 16 de septiembre.

Vive con su esposa y tres nietos. Sus cuatro hijos – tres casados y el segundo soltero – están en Illinois.

“Allá se fueron. No había de otra. No alcanzaba con la pura siembra. Uno de ellos, desde chamaco, se fue, y luego jaló a sus hermanos. Aquí me dejaron a los hijos del menor, que promete y promete que pronto viene”.

Tonatico se encuentra entre los municipios mexiquenses que más expulsa gente hacia Estados Unidos. El primer lugar, según datos del INEGI, lo ocupa Coatepec Harinas.

A consecuencia del fenómeno migratorio en el municipio a lo largo de décadas se han presentado varios cambios de tipo demográfico; la población ha cambiado en cuanto a su estructura y tamaño. En 1970, el municipio contaba con 6,969 habitantes, incrementando su población a un ritmo de 3.34% anual, para que en 1980 se registrara una población de 9,852 habitantes. Sin embargo, para el periodo de 1980 a 1990 se registra una tasa negativa de -0.15%, por lo que la población disminuye a 9,712 habitantes. No obstante, la tasa de crecimiento vuelve a sufrir cambios para el periodo 1990-2000 siendo ésta de 1.71% de incremento anual con una población de 11,502, disminuyendo nuevamente en 2005 con una tendencia negativa de -1.07%, prueba evidente de la emigración hacia el vecino paí́s del norte, según el Conteo de Población y Vivienda del Inegi.

Destino turístico de miles de personas los fines de semana, pero llegado el lunes, el pueblo se vuelve casi fantasma, y los habitantes, de andar lento, se juntan a las puertas de sus casas hablando de los que no están, pero viven; de los que en el otro lado, no se olvidan de los de acá.

“Yo tengo dos hijos y una hija en el otro lado”, dice doña Licha, concinera de toda la vida.

“No me quise ir para allá, porque aquí están mis difuntos; desde mis papás hasta mi esposo que murió de pulmonia o algo de los bronquios”.

Hasta el 2008, la mayoría de la población que se iba a Estados Unidos era de hombres. Hoy, según autoridades municipales, cada día son más mujeres las que van a buscar nuevas formas de vida en la Unión Americana. Pese a ello, la tasa población de mujeres sigue estando por arriba del 53%.

Vivir de lo que llega

Decenas de familias en Tonatico viven de las remesas. Alrededor de72.8% de los habitantes del municipio tiene, como mínimo, dos familiares directos que han emigrado a los Estados Unidos (Vázquez).

De acuerdo al estudio Rayan de migración en México, el 90% de los migrantes de Tonatico se dirigen a Waukegan, Illinois, para unirse con sus paisanos que ya viven allá y les garantizan un lugar donde poder estar y trabajar.

El promedio de dinero que cada persona que vive allá manda a sus familiares en Tonatico, es de unos 500 a 800 dólares cada tres semanas, según datos de María del Pilar Iracheta, investigadora de temas migratorios del Colegio Mexiquense.

Hoy, un nuevo escenario preocupa a los habitantes de Tonatico que reciben de Estados Unidos, el dinero para vivir, poner negocios, abrir pequeñas posadas familiares, o surtir sus tiendas de ropa y abarrotes: la llegada de Donald Trump.

“Nos da miedo que nos lo regresen y nos quedemos sin el dinerito que nos manda”, dice don Costo.

“También nos da miedo que ya no puedan mandar de la misma manera dinero, con eso de más impuestos o más vigilancia. Porque se fueron de mojados y qué tal que en una de esas los detectan cuando nos mandan los dólares y los agarran”, dice el hombre, que se cubre el sol bajo un raído sombrero de palma.

Las remesas se han mantenido constantes desde el 2005, por encima de los 20 mil millones de dólares anuales, para todo el país, revela un informe de BBVA Bancomer.

Se prevé que al término del estudio sobre remesas en 2016, éstas hayan alcanzado los 27 mil mdd.

El Estado de México se ubica como la cuarta entidad con más recursos recibidos por las remesas.

Para doña Licha, lo que queda es rezar “Pedimos a Dios que guarde a nuestros hijos allá, ahora que este señor (Donald Trump), dice que son asesinos y violadores y los va a regresar”.

“Todos los días le doy gracias a la virgen porque esté bien y no se olviden de nosotros, y nos manden el dinero de su trabajo, pero también pido que vuelvan pronto y mueran en su tierra, que aquí los enterremos y los vayamos a visitar”, desea la señora que alcanza los 73 años, y con sus manos llenas de cicatrices – por “el aceite caliente y las quemadas de la estufa” -, aprieta el delantal verde de cuadros.

En Tonatico, Trump ya creó un muro de miedo y angustia.

Hasta acá ninguna autoridad ha llegado a abrazarlos, a consolarlos o a decirles que a sus parientes, los van a cuidar allá.