Desde Venezuela, nueva luz a la paz en Colombia

Venezuela demuestra nuevamente su compromiso con la paz al acoger a representantes gubernamentales y delegados del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que intentan hoy deponer las armas en Colombia. Tras poco más de seis meses de reuniones exploratorias, delegados de ambas partes anunciaron que definitivamente el 27 de octubre iniciarán la mesa pública de conversaciones […]

Venezuela demuestra nuevamente su compromiso con la paz al acoger a representantes gubernamentales y delegados del Ejército de Liberación Nacional (ELN), que intentan hoy deponer las armas en Colombia.

Tras poco más de seis meses de reuniones exploratorias, delegados de ambas partes anunciaron que definitivamente el 27 de octubre iniciarán la mesa pública de conversaciones en Quito, Ecuador.

Los jefes de las misiones, Mauricio Rodríguez, por el Gobierno, y Pablo Beltrán, a nombre del ELN, ratificaron sus compromisos con el proceso para avanzar hacia la salida política a la lucha armada.

Durante la velada, en la sede de cancillería venezolana, cada orador precisó que las pláticas iniciarán con el punto sobre la participación de la sociedad en la construcción de la paz, para luego pasar a las acciones humanitarias y comenzar el proceso de liberación de retenidos.

En marzo de este año, Prensa Latina conversó con el comandante Antonio García, del insurgente ELN, quien auguró de forma temprana que para el éxito de este esfuerzo, toda la sociedad colombiana debería participar en los diálogos de paz con el gobierno.

El entonces jefe de la delegación del ELN , García explicó que en este proceso para poner fin a un conflicto armado que ya dura más de 50 años sostenido, sería clave la experiencia de otros en estas negociaciones, y aunque no dejaba de ser complejo, resultaría más práctico políticamente, con amplio respaldo a nivel global.

También consideró el aporte de la comunidad internacional y sobre todo de naciones del continente comprometidas con la decisión de 2014 de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) de convertirse en una zona de paz.

En particular, enfatizó en la participación de la ciudadanía como aspecto medular en un proceso que recién comienza y podría durar años, tal como se apreció en encuentros anteriores desde enero de 2014, en Ecuador, Brasil y Venezuela, con el acompañamiento de Cuba y Chile.

También insistió en que para alcanzar un nuevo escenario de distensión, es necesario que desde el mismo diseño del primer punto de una agenda de seis se llegue a consenso con la metodología relacionada con el aporte del pueblo, de sectores históricamente marginados, los sin voz.

Estas pláticas no son solo entre el ELN y el Gobierno colombiano, acotó, es un asunto transversal al resto de los puntos como democracia, atención a las víctimas, el fin del conflicto, o la implementación de los acuerdos, apostilló.

Para el veterano miembro de la dirección del ELN se trata de que en este novedoso ejercicio de democracia se incluyan el criterio y las decisiones que señalen para las transformaciones socioeconómicas los indígenas, las mujeres, los negros, también los empresarios, los medios de comunicación, entre otros sectores.

Sobre las fortalezas y riesgos del proceso, García identificó como positivo el hecho de haber acordado una agenda con el Ejecutivo y dar inicio a este acercamiento.

También mencionó amenazas como la presencia y reactivación del paramilitarismo.

Seis meses después, en las actuales circunstancias como quedó demostrado este 10 de octubre en Caracas, se abren esperanzas para millones de colombianos con el más reciente acuerdo entre el segundo bloque guerrillero y el Gobierno, como lo fue en su momento cuando en 2012 en La Habana iniciaron los contactos entre el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP).

Es un mismo camino, con marcos institucionales y hojas de rutas con diferencias y también puntos coincidentes, lo que se ajusta a las características de cada agrupación, pero el objetivo común es llegar a la paz duradera y estable sobre bases sólidas, según enfatizó ahora Beltrán en su breve alocución 

Sobre uno de los nuevos puntos de los acuerdos, la liberación de retenidos, analistas resaltaron aquí la iniciativa del ELN, al entregar el jueves pasado al Comité Internacional de la Cruz Roja, al exalcalde de Charalá, Santander, Fabio León Ardila (apresado desde el 30 de junio) 

El ELN, que surgió en 1964 y cuenta con más de dos mil efectivos, mantuvo conversaciones con el Gobierno colombiano de 2002 a 2007, pero no se concretaron acuerdos beneficiosos para las dos partes.

Cuando apenas se inició esta nueva etapa de acercamiento entre el Gobierno colombiano y el ELN, el propio presidente venezolano, Nicolás Maduro, al recibir a sus representantes aseguró todo el apoyo necesario para que las conversaciones llegaran a buen puerto.

Además, recordó los pasos diplomáticos establecidos por el fallecido presidente Hugo Chávez desde 2007 para el desarrollo del acercamiento en el proceso humanitario.

Que el año 2016, sea el año de la paz en Colombia, aseguró.

Los primeros intentos de negociaciones con el ELN datan de 1974, durante el gobierno de Alfonso López, pero los encuentros fueron infructuosos, al igual que los de 1986 a 1990 por el presidente Virgilio Barco.

Según analistas, hubo otras gestiones, también estériles, en el transcurso de los mandatos de César Gaviria, Ernesto Samper, Andrés Pastrana y Álvaro Uribe.

Para terminar el conflicto armado y acordar cambios en búsqueda de una Colombia en paz y equidad, el acuerdo entre el ELN y el Gobierno precisa que las conversaciones sean directas e ininterrumpidas y deberán ejecutarse con la mayor celeridad y rigurosidad una agenda de seis puntos.

Entre las temáticas sobresalen aspectos como democracia y trasformaciones para la paz, el reconocimiento de las víctimas y sus derechos, el fin del conflicto armado y la implementación de los acuerdos.

De otra parte, enfatiza en la fase pública del proceso que prevé una información objetiva sobre el curso de los debates a través de boletines, una página web, comunicados conjuntos al final de cada ciclo y cuando las delegaciones lo consideren.