La ruptura de una bomba de agua que generó escasez para más de mil familias del conjunto habitacional Foresta, ha revelado una serie de inconsistencias e irregularidades en la obra a manos de la Constructora ARA, hecho significativo pues, en 2018, todo el complejo pasará a manos de la autoridad municipal.
Lo anterior significa que el municipio heredará mil 200 viviendas con problemas de falta agua, deficiente infraestructura urbana, falta de seguridad y un constructor indiferente ante las carencias de aquellos que pagaron desde 2 millones de pesos por vivienda.
Así, vecinos se muestran inconformes, molestos y preocupados por un patrimonio que puede venirse abajo y que, en la mayoría de los casos, representan el ahorro de una vida y una deuda que no saben cuándo podrán saldar.
Fue Mario Luis Salinas Ortega, secretario técnico de la Asociación de Colonos, uno de los primeros en levantar la voz. Aseguró que ya levantaron la denuncia ante la Secretaría de Desarrollo en contra de ARA.
“La empresa ha tenido incumplimientos a las obligaciones que tiene por autorización, el mantenimiento al pozo, a la planta de tratamiento, el alumbrado público y el bacheo; y que hoy en día no ha cumplido como debe ser”, comentó quien demás ha padecido esto durante dos años, al igual que el resto de los condóminos.
Explican que han tenido que lidiar con fugas importantes de agua las cuales lejos de repararse, son ocultadas con paliativos sin importar el recuso que se desperdicia y del cual son carentes las casas, lo que genera temor sobre que la red de distribución no esté preparada ni diseñada para aguantar el líquido necesario para abastecer a todos los inquilinos.
Pero los problemas no sólo son externos, poco a poco han ido entrando en los hogares de aquellos que compraron la idea de un conjunto habitacional de lujo y cerrado, y que se encontraron con casas de fácil acceso a ajenos y ahora, hasta con cuarteaduras de las que nadie se quiere hacer responsable.
“Lo que es histórico es que ARA nos dice una cosa y después no la hace eso si es un hecho a nosotros nos dijeron que era un fraccionamiento cerrado y después ya es abierto, después es abierto y luego ya no tengo las bardas perimetrales después”, relata para AD, Carmen.
Mientras que Diana Trejo comenta que han sido complicados los días en que el agua simplemente no llega a sus casas. “Si nos tenemos que bañar es rápido, y sí tengo que estar atenta de los trastes, de que nos quedemos sin agua y solicitar una pipa”.
Es por ello que piden, casi al unísono, que el gobierno intervenga y presione a la empresa constructora, toda vez que el próximo año será entregada la obra de manera formal y no hay certeza de quién se hará responsable de las fallas que ya presenta.
“Al final ellos son los que van a recibir esas infraestructuras y posteriormente van a tener problema y los afectados vamos a ser nosotros, los usuarios, porque sabemos que el gobierno no tiene capacidad para dar soporte a las necesidades que se vayan presentando”, añadió Mario Luis, secretario de Colonos.