El amor en tiempos de Tinder:  de la realidad a lo virtual

Toluca, México; 13 de febrero de 2018. La mañana de un domingo de julio del 2017, Mariana y Fernando se conocieron por primera vez físicamente, después de platicar por las redes sociales cerca de tres semanas. Ambos hicieron “match” a través de la App Tinder y luego de un tiempo decidieron dejar de lado la […]

Toluca, México; 13 de febrero de 2018. La mañana de un domingo de julio del 2017, Mariana y Fernando se conocieron por primera vez físicamente, después de platicar por las redes sociales cerca de tres semanas. Ambos hicieron “match” a través de la App Tinder y luego de un tiempo decidieron dejar de lado la pantalla y pasar del mundo virtual al mundo real.

“Una de mis amigas me había contado de la página, me dijo que ahí había encontrado un chico muy atractivo, qué sé yo, entonces me metí a ver qué onda, ¿por qué no? Ellos se hicieron novios, ya viven juntos, así que le entré”.

Mariana vive en Toluca, tenía 30 años cuando decidió descargar la aplicación y ser parte de los 54 millones de mexicanos que utilizan esta red social de citas, según registra la Asociación Mexicana de Internet.

“Para mí fue algo padre porque relativamente es un catálogo: este tipo me gusta, este no me gusta… aparte las dos personas se tienen que dar palomita (hacer match) para poder comunicarse, lo cual me pareció hasta cierto punto seguro”.

 

 

-Tu próximo encuentro comienza aquí- es una de las frases de bienvenidas de la App, misma que tan sólo en México registra tres millones de ‘matches’ al mes, además de que al día se hacen más de 16 millones de ‘swipes’, que son los deslizamientos para ver las fotos de los candidatos, según datos proporcionados por la propia aplicación.

 

Tinder es una App de citas con seis años de creación. Lanzada en el 2012 está disponible en 25 idiomas, y tiene más de 20 millones de usuarios en 196 países. La App utiliza la georreferenciación para conectar a los usuarios con las persones más cercanas. El tinderiano sólo debe decidir si aprueba o no la persona cuando le aparece su foto. Si la otra persona acepta, podrán comenzar a chatear.

Después de poco tiempo de dar matches y swipes, Mariana encontró un prospecto que despertó su interés. Se trataba de Fernando, de 34 años y quien vivía en la Ciudad de México.

Según la fan page de Tinder en Facebook, hay recomendaciones básicas para atraer a quienes están en busca de relacionarse a través de la red:

•          Ser natural.

•          Tener un tema de conversación interesante, pero a la vez ligero.

•          Colocar un numero alto de imágenes (de 4 a 6).

•          Sonreír para crear el efecto de confianza y cercanía “sonríanle a la vida, sonríanle a la cámara, sonríanle a Tinder”, señala el experto en ligues.

•          Sincronizar Tinder con otras redes sociales como Instagram (fotografías) y Spotify (música).

 

Fernando y Mariana siguieron este protocolo al pie de la letra y en uno de tantos chats, el apuesto hombre de barba y cabello negro preguntó: “¿Qué te parece si nos vemos el sábado en la mañana?”.

“Él llegó antes que yo, me cayó muy bien, es bastante agradable físicamente, ahí pensé que no fue tan mala la decisión crear mi perfil en Tinder. Después de ahí seguimos en contacto, vino más de cuatro veces a Toluca y Metepec, yo iba más seguido a verlo a la Ciudad de México porque hay más cosas que hacer allá”, relata Mariana sobre su experiencia en la App, que en su propaganda asegura, une a las personas y une los corazones.

 

Según datos del ITESM, en México, del total de usuarios inscritos a Tinder, tan solo 6 % usa Tinder para encontrar una pareja; 51 % de los usuarios lo hacen por diversión y 11 % busca sexo. El resto argumenta otros motivos.

“En Tinder puedes elegir una relación formal o sexo casual, no puedo decir que sea exclusivamente para una de las dos, hay de todo y para todos: depende de tus intereses, de lo que tú quieras, cómo lo quieras, cómo quieres conocer a esa persona, qué buscas tú realmente… las cosas se van dando como cualquier otra pareja que se conoce en vivo”.

En la historia de Mariana y Fernando el sexo llegó después de cuatro citas.

“Nos vimos un sábado a las tres de la tarde cerca de Bellas Artes, después de una comida, risas, plática, unos tragos, la invitación de ir a su casa y finalmente pasó”.

Aunque en México la mayoría de los usuarios de aplicaciones en los teléfonos móviles para encontrar pareja son los millennials (datos de Tinder señalan que 85 % de sus usuarios tienen entre 18 y 24 años) Fernando y Mariana rebasan ese límite, según Mariana son más los treintañeros solteros que buscan algo distinto en la red.

En el mismo caso se encuentran Alfredo y Pilar, él tiene 42 años y ella 39, se conocieron por Tinder, y según cuenta Alfredo, todo fue muy rápido: hacer match, chatear, conocerse, salir, hacerse novios formales, conocer a sus respectivas familias, y después de un año, terminar la relación. 

Después del primer encuentro sexual, Fernando y Mariana tuvieron más encuentros casi por un año, hasta que se perdió el contacto.

 

No puedo decir que me haya enamorado, pero no me arrepiento. En ningún momento me dio miedo, ya no tengo la cuenta activa, pero si en algún momento me apetece la activaría nuevamente sin problema”.

 

En este sentido, autoridades del Centro de Vigilancia Epidemiológica y Control de Enfermedades (Cevece) del Instituto de Salud en el Estado de México, alertan sobre la nomofobia, padecimiento de salud mental que no es otra cosa que la adicción al celular, según la Academia Mexicana de Psiquiatría.

Aunque no hay estudios que señalen sobre una adicción a las redes sociales para contactar citas, sí se tiene el registro de que son los jóvenes de entre 15 y 25 años quienes más utilizan las App.

Los expertos señalan que la interacción a través de las redes modifica las relaciones interpersonales.

“Por supuesto, la imagen que se quiere demostrar a través de estas aplicaciones no siempre es real. La sorpresa que te llevas al saber que esta persona no es la que estabas esperando, además existe un riesgo de exponer en estas redes tu vida íntima, y que puede estar disponible para cualquier gente, sobre todo en grupos de los más jóvenes”. 

El titular del Cevece, Víctor Torres Meza, afirmó que el deseo de conocer a la pareja a través de las redes (aunque no en todos los casos) tiene que ver con algún problema de autoestima.

“Si no estás buscando o te da temor la relación en vivo, personal, creas una nube alrededor de tu imagen, con las mejores características que tú quisieras tener en tu propio yo, lo magnificas en estos intercambios y estás buscando una alternativa en la pareja que realmente no es lo que te dice que es”.

Contrario a la opinión del especialista, Mariana asegura que navegar en Tinder es una forma distinta de interactuar, y que quienes satanizan o critican estas Apps es porque no les fue bien. Asegura que, en la red, como en la vida nada es garantía

“Yo creo que prefiero conocer a la gente por chat, porque precisamente uno se va conociendo, no hay contacto físico, no hay esa atracción física que es la que muchas veces apresura para que quieras estar con alguien ya sea en plan amoroso, de ligue o casual”.

Al reiterar que cualquier tipo de relación representa un riesgo, Torres Meza señaló que no se ha documentado un aumento de enfermedades de transmisión sexual por contactos o encuentros generados a través de Tinder u otra red social.

Mientras ponemos fin a la historia de Mariana y Fernando, a unas horas del Día del Amor y la Amistad, se prevé que la App tenga un incremento considerable a nivel global en los swipes, matches y mensajes enviados a través de la aplicación durante el 14 de febrero.

 

Tan sólo en 2015, el registro de uso de Tinder aumentó 7.6 % durante ese día, los mensajes enviados crecieron 5.2 % y los matches, o citas concretadas, aumentaron 6 % justo el fin de semana del amor.