Algo debe saber José Couttolenc sobre el proceso interno en su partido para la toma de decisiones y por ello insiste en que el Verde prefiere ir solo que en alianza con Morena en el Edomex. Las presiones son enormes. El PVEM no tiene con qué ganar la gubernatura, pero sí puede influir en el resultado. Bastaría con recordar qué pasó en 2017.
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Todo puede suceder con el Verde. Es impredecible. Un factor a considerar en la prospectiva es la enorme influencia del peñista Luis Miranda, el hombre no se deja ver, pero se hace sentir en muchas decisiones. Hay quien se atreve a etiquetarlo como “el dueño de la franquicia en el Estado México”. Luis está en activo, nunca se ha retirado de la política y, guste o no, está en su derecho.
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El escenario que más conviene al PRI y aliados es la balcanización del voto en 23. En la medida que haya más competidores, sus posibilidades crecen. El escenario ideal es que Movimiento Ciudadano y Verde se presenten con candidato propio y el IEEM allane el camino a alguno de los independientes.
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Jesús Pinto está llamado a ser, en el 23, la Teresa Castell del 17. Aun logrando el registro no tiene ninguna posibilidad de ganar, de hecho no participaría para eso, su papel, lamentable, sería de quitavotos. No le hace ningún favor a la imperfecta democracia mexiquense.
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Si se confirma será una vergüenza mayúscula, porque se trata de la Universidad Autónoma del Estado de México, y de la Facultad de Derecho. Es de escándalo que dos consejeras hayan falsificado la constancia de no antecedentes penales para poder participar en la Comisión Electoral. Fueron descubiertas y la sanción ridícula, solo se pidió renunciar a la comisión, no a su consejería, y se intentó ocultar el asunto. Esto no puede, no debe, pasarse por alto, lastima terriblemente a la institución y sus autoridades.