El Restaurante más antiguo de la Ciudad de México

En la calle Belisario Domínguez del Centro Histórico de la Ciudad de México se encuentra la Hostería Santo Domingo, uno de los recintos gastronómicos más longevos de la capital, y donde han disfrutado de sus platillos personalidades como Agustín Lara, Gerardo Murillo “Dr. Atl” y María Félix. El sitio, también llamado “La Catedral del Chile […]

En la calle Belisario Domínguez del Centro Histórico de la Ciudad de México se encuentra la Hostería Santo Domingo, uno de los recintos gastronómicos más longevos de la capital, y donde han disfrutado de sus platillos personalidades como Agustín Lara, Gerardo Murillo “Dr. Atl” y María Félix.

El sitio, también llamado “La Catedral del Chile en Nogada”, por ser la especialidad de la casa desde 1860, se encuentra en el patio de una construcción que funcionaba como hostería, parte del predio que perteneció a los monjes dominicos, donde ofrecían hospedaje a los viajeros.

Al entrar se siente la tranquilidad de un lugar con  tradición y fiesta: con papel picado de colores en los techos, muros blancos, rosas y azules, un mural que se aprecia al fondo que retrata la Plaza Santo Domingo, vigas de madera y mantelería bicolor que atestiguan la vivacidad del sitio.

La hostería recuerda una vez en que “La Doña” estaba en una mesa del rincón y el maestro del piano comenzó a tocar “María Bonita”, la actriz se paró y comenzó a cantar, de repente el lugar se llenó de silencio y todos dejaron por un momento sus labores mientras Maria Félix cantaba con el pianista.

Otra es la historia del platillo principal de la casa, el Chile en Nogada, creado por las monjas de Santa Mónica para ofrecer a Agustín de Iturbide después de firmar el Tratado de Córdoba.

El gerente operativo, Salvador Orozco, mencionó que el edificio, ahora resguardado por el IMBA y el INAH, conserva su estilo del siglo XVI y algunas piezas como candelabros y gabinetes e incluso hasta hace poco conservaba un piano original de Agustín Lara, el cual fue vendido a un comensal.

De acuerdo con Orozco, es una gran responsabilidad “tener en alto a los platillos mexicanos y darles su lugar” razón por la que en vez de chefs en la cocina hay mayoras, mujeres que le dan ese sazón a la comida.

La clave para que un restaurante sea exitoso es “tener un ideal de trabajo y servicio, compromiso para la clientela y uno mismo no defraudarte y mantener un estándar de calidad”, resalta Orozco, el capitán que dirige el barco gastronómico más longevo de la capital.