La porra es, más que genuina y espontánea, aprendida e inducida; inducida por una alegre y dulce voz que “ameniza” el evento. Un evento protocolario, cuidado, complejo en su logística, pero que, sin duda, está pensado para que las mujeres mexiquenses se sientan bien y pasen un buen rato con el gobernador.
Bajo una carpa perfectamente montada y decorada con propaganda del programa estelar del delmacismo, platican con las beneficiarias, Raymundo Carbajal –a nadie le importó mucho–, Alejandra del Moral, que reconoce su labor, que empatiza, que es mujer y mamá, como ellas.
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Algunas afortunadas representantes de los distintos municipios suben podio para recibir, de manos del propio gobernador, su tarjeta rosa. Él, educado y caballero como es, conversa con ellas sin desatender el protocolo; ya sea por estrategia –más tarde, en su discurso compartirá peculiaridades de sus casos– o por genuino Interés, pone atención y las hace sentir importantes.
Las invitadas de honor son ellas, al menos en la narrativa general, pero el verdadero honor es ver, escuchar, platicar con el gobernador.
Alfredo del Mazo –un político de bajo perfil, casi siempre distante, siempre muy en su papel– se relaja un poco, pregunta y contesta, interactúa, lanza sonrisas coquetas –es guapo, de eso no hay duda– se ríe con ellas; conoce a su audiencia. O es muy buen actor o en verdad respeta a su audiencia.
La mayoría de las asistentes son priistas …
No es secreto que el Salario Rosa es el programa estelar del sexenio, que ayer, en el informe, fue tema destacado. Sí es de presumir que a finales de este 600 mil mujeres recibirán el beneficio, es un buen programa y las beneficiarias lo saben.
Aunque ninguna está afiliada al partido – es requisito para recibir el apoyo-, la mayoría de las asistentes se asumen priistas -de hueso colorado-, pues algunas van con la convicción de apoyar no solo al gobernador, sino al partido. Hay que serlo para asumir el compromiso de levantarse muy temprano para llegar al transporte que las lleva de sus municipios al punto de reunión, esperar un par de horas a que lleguen los funcionarios, aplaudir y echar porras cuando se solicita, y después esperar, al menos otra hora para volver a tomar el transporte de regreso; el gusto por estar y el sentido de agradecimiento son genuinos.
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“Es un gran apoyo, y la verdad le agradezco mucho al gobernador por el apoyo que nos da a las mujeres”, cuenta una beneficiaria quien usará los 2 mil 400 pesos para solventar medicamentos y los pasajes de su hija, que estudia la universidad.
El gobernador tiene agenda y no mucho afán por las apariciones mediáticas, nunca hay entrevistas después de estas entregas. Las fotos y reels nos los mandarán desde comunicación social, pero, sin duda, atestiguar una de estas entregas es una experiencia satisfactoria.