Encuestas telefónicas a la carta

Encuestas telefónicas a la carta
Estamos, en el Estado de México por entrar al periodo intenso de campañas políticas. Es un tiempo en el que las casas encuestadoras “hacen su agosto”

Como un traje, las encuestas se pueden hacer a la medida. En las últimas semanas, han llamado por teléfono a casa para pedirme que participen en encuestas políticas. Es una experiencia que resulta engorrosa para algunas personas, que les hace sentir que pierden el tiempo o que no tiene relevancia alguna participar. Es notorio que cuando uno decide contestar uno de estos cuestionarios telefónicos las llamadas empiezan a ser más constantes. Aparentemente, hay una especie de “marcador” de los números que sí aceptan participar y que luego son vueltos a emplear. Aunque se hable de muestras aleatorias, creo que para fines prácticos los encuestadores prefieren marcar a aquellos números en donde hay más posibilidades de que la gente decida participar. Pero, bueno, no es ese el punto que deseo tratar, sino el claro uso mercantil y político de dichos ejercicios estadísticos.

Primer encuesta: ¿conoce a Alejandra Del Moral?

Voy a hablar específicamente de dos encuestas en las que me tocó participar. La primera de ellas fue más breve que la segunda y además fue apersonal: era una máquina la que registraba las respuestas. La pregunta que me fue formulada era que si conocía a Alejandra del Moral y luego me instruía: si su respuesta es sí, marque 1; si su respuesta es no, marque 2. Yo, que realmente no la conozco, sino que sólo he escuchado hablar de ella, marqué el número 2. La grabación dijo: “respuesta incorrecta”. Desde luego que no me esperaba ello, pero la grabación volvió a reiterar la pregunta y yo mi respuesta. Nuevamente se escuchó a la grabadora decir “respuesta incorrecta”, para enseguida cortar la comunicación.

Me queda claro que la casa encuestadora de este primer ejercicio que refiero fue contratada para realizar trabajo que midiera “el reconocimiento” de la aspirante a candidata al gobierno del Estado de México. Sin embargo, tendría que realizar un modelo simétrico: que también midiera el desconocimiento y explotara ese otro lado de la ecuación para hacer preguntas que resultaran de utilidad a los estrategas electorales que lo contrataron.

Muy probablemente esta encuesta sólo cumplió con el cometido de documentar que Del Moral es “la aspirante con el mayor porcentaje de reconocimiento popular”, que fue para lo que se les contrató y por lo que se diseñó el cuestionario del modo ya referido. Temo haber perdido la oportunidad de escuchar si había otras preguntas tras marcar la opción de que sí la conocía. Es sólo una sospecha, creyendo en que el ejercicio demoscópico tenía intención de registrar algo más que el reconocimiento, anulando cualquier opción en contrario.

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Segunda encuesta: debe desaparecer el INE o no

La segunda encuesta que quiero mencionar corrió a cargo del periódico Reforma. En esta ocasión me llamó una señorita. Ya era por la noche. Se apreciaba en su voz el cansancio cuando me preguntó si le podía ayudar a “terminar su trabajo” respondiendo a una encuesta. Le dije que sí. Era sobre la propuesta enviada al poder legislativo para realizar modificaciones legales en temas político-electorales. Fueron casi veinte preguntas y la mayoría hechas sobre una disyuntiva muy clara: debe desaparecer el INE o no.

Como suelen ser este tipo de ejercicios, las preguntas son cerradas (si o no), a veces ofrecen una especie de escala para identificar con cuál de las opciones se identificaría uno mejor. Me quedó claro que la ruta que me hizo seguir la señorita que con desgano me formulaba las preguntas fue la de ubicarme en una posición a favor o en contra del INE. Tras hacer el ejercicio me quedó claro que la encuesta era para alimentar la narrativa que se construye para señalar que cualquier intento de reformar la ley electoral y el órgano que la conduce (el INE) es un atentado a la democracia.

No es nuevo para nadie que el diario aludido, organizador de esta encuesta en la que mi invitaron a participar, es abiertamente opositor del gobierno federal. Cualquier política, iniciativa o simple declaración es tomada como “cargo” en contra del Presidente de la República. Entiendo, pues, que esa era la intención de la encuesta. 

Las encuestas no permiten esgrimir razones o argumentar. Son como una fotografía en la que si cerraste los ojos a la hora del clic pues saliste como no querías aparecer.  En fin, mis respuestas “aparecieron” en la encuesta al inicio de la semana pasada y cumplieron –creo yo- con el objetivo de la encuesta: indicar con numeritos que el INE funciona bien, que no debe tocarse, que aunque es caro, hay que evitar tocarlo. El tema de la reforma merece un texto aparte así que dejémoslo al margen.

Edomex rumbo a las elecciones del 2023

Estamos, en el Estado de México por entrar al periodo intenso de campañas políticas. Es un tiempo en el que las consultorías y casas encuestadoras “hace su agosto”. Es un tiempo en el que todos les encargan mediciones. Las mismas pueden hacerse a la medida. Siempre hay manera de ofrecer cifras que reflejen algo que el cliente quiera: popularidad del candidato o gobernante, intención de voto, aceptación de una política o propuesta de ley, etc. Todo depende de cómo se diseñe el cuestionario y cómo se aplique.

Igualmente, en unos meses más se acelerará la lucha por la sucesión presidencial y vendrán nuevas y mayores encuestas. Si siguen llamando a casa vamos a participar y podemos seguirlo comentando.