Base social organizada, clave de las elecciones en Edomex 2023

Base social organizada, clave de las elecciones en  Edomex 2023
Sindicatos, centrales obreras y campesinas, coordinadores de programas sociales han comenzado a encender la maquinaria rumbo al 2023

En política cuenta que los otros hagan lo que uno desea que realicen. Se trata de una práctica consistente en influir en el comportamiento de los demás. Desde siempre, quienes se han dedicado a estudiar el ejercicio del poder identifican al mecanismo consistente en influir en la voluntad de las personas como el corazón de la política. Las técnicas para lograr tal propósito son cambiantes y van echando mano de las herramientas presentes en cada época. La aspiración máxima de quien ejerce el poder es que las personas hagan eso que se les pide efectuar, pero creyendo que lo hacen por voluntad propia.

Campañas y comicios electorales

En el diseño liberal democrático de los estados modernos, se permite a las personas manifestar su voluntad mediante ejercicios periódicos de renovación de los titulares de los poderes. Las campañas electorales y los comicios son básicamente periodos en los que se autoriza a las entidades políticas existentes que pidan a la gente manifestarles su respaldo para ocupar un cargo desde el cual ejercer la autoridad. En ese momento es cuando se vuelve visible qué tanto los habitantes están influidos en su voluntad. A través del sufragio externan esa influencia. Dicen: yo voto por fulano para que sea el gobernante, representante, presidente, etc. 

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No habría manera de que estos ejercicios ocurrieran ordenadamente si no existieran procedimientos y reglas. Lo común es que los interesados en recibir el voto de la gente se presenten a través de una entidad política (partido, organización, asociación, etc.) de acuerdo con las leyes vigentes. Igualmente, lo que se estila es que realicen “campaña”. Es decir, que públicamente se presenten, hablen de sus propuestas y pidan a la gente votar por ellos.

Aunque campañas y comicios ocurren durante un lapso acotado, la actividad política es permanente. En realidad, los periodos de campaña y las votaciones solo canalizan lo que se ha trabajado previamente: la gente, en su mayoría, no llega a ciegas. No llega sin influencia al momento de externar su voto. De manera previa ha desarrollado una idea de qué desea, de a qué tipo de persona le otorga su voto, qué partido le genera beneficio, identificación, confianza y hasta esperanza. 

Ahora, esas ideas no necesariamente las han desarrollado de manera aislada, autónoma, lejos de influencias. Las tuvieron que haber formado al someterse a la influencia de alguien más. Las fuentes de tal influencia son variables; pueden ser los medios informativos, las conversaciones en familia, las amistades, la formación profesional, el ámbito laboral, etc. Hay quienes piensan que las campañas electorales son el momento para influir, pero la realidad, al menos en un país como el nuestro, es que casi siempre las elecciones se ganan o se pierden a partir de la base social organizada.

¿Qué es y cómo influye la base social organizada en la política?

Con este término me refiero a la conversión de voluntades individuales en entes colectivos que se movilizan para apuntalar una candidatura. A nivel municipal, estatal y nacional esto se hace visible cuando identificamos la manera en la que los partidos políticos operan para sumar a su causa a organizaciones de comerciantes, sindicatos, comités vecinales, ligas de deporte amateur, etc. La base social organizada suele ser lo que inclina la balanza. Ningún ente político que en verdad aspire a alzarse con la victoria puede prescindir de este elemento. 

Son más bien excepcionales aquellos casos en que un “candidato independiente” logre ganar una elección, prescindiendo de una base social organizada. Se pueden contar con los dedos de la mano. La historia electoral en México más bien está marcada por la presencia de estructuras que cultivan clientelas electorales permanentemente y que las ponen a operar en las elecciones. La forma de hacer política en México la decantó el diseño del PRI desde principios del siglo pasado: organizado por sectores (campesino, obrero, popular) que encauzaban bases sociales organizadas. Así se formó la cultura política en México. Hasta la fecha tener una base social organizada es lo que incrementa las posibilidades de un triunfo electoral.

¿Cómo se conforma una base social organizada en la política?

En ese sentido, quien está en ejercicio del gobierno tiene una ventaja por encima de sus competidores, pues tiene muchas más herramientas para aglutinar una base social. A través de las acciones de gobierno es que procede: con servicios públicos, con obras, con programas de apoyo, con plazas laborales, con premios, con contratos. Son realmente amplios y diversos los instrumentos que puede emplear para organizar una base social. No sólo tiene los recursos, sino el personal para ir hacia la gente en influir en ella a niveles suficientes para que, llegado el momento de ir a votar, ya sepa por quién hacerlo.

En los últimos años en nuestro país se han reacomodado las condiciones políticas de tal manera que la base social organizada ha cambiado de colores (no necesariamente de convicciones e ideología). Hoy tienen el control de los aparatos gubernamentales de casi todo el país personas y entes políticos que hasta hace apenas un lustro estaban en la eterna oposición. Se han hecho de estos instrumentos y han organizado una base social que permitió, en cosa de cuatro años, ganar la Presidencia de la República, la mayoría en el Congreso, 22 gubernaturas y mayorías en similar número de legislaturas locales, además de miles de municipios en toda la geografía nacional.

La base social organizada del PRI en el Edomex

Hay, desde luego, entidades en las que la base social organizada aún conserva las condiciones de hace casi un siglo. El Estado de México es una de ellas. El PRI conserva una base social organizada potente. Sin embargo, su geografía, su composición poblacional, su vecindad con entidades donde son otros los partidos gobernantes, han hecho tambalear a los poderes erigidos sobre dicha base social. En las últimas elecciones se ha venido haciendo cada vez más evidente este proceso.

El PRI tenía a la mano la posibilidad de sumar bases sociales de varios partidos políticos y, de esa manera garantizar el triunfo, a través de una alianza. Parece que han descartado esa posibilidad y han calculado que les alcanza con lo que han tenido por décadas. Ya los sindicatos, las centrales obreras y campesinas, los coordinadores de programas sociales estatales y municipales han comenzado a encender la maquinaria para pedir a sus bases sociales manifestarse el 4 junio del 2023.

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Desde el gobierno federal y Morena igualmente están en plena labor de aglutinar liderazgos, de mover la base social para medir fuerzas en cosa de ocho meses. Por su parte PAN, MC, PVEM y PRD parecen reducidos a la posición de negociar con alguna de las fuerzas principales cierta posición ventajosa a cambio de canalizar sus respectivas bases sociales organizadas. Unos tienen más que ofrecer que otros. No tardaremos en ver realmente cuáles van a ser los contendientes. En la segunda quincena de diciembre ya se podrían registrar las solicitudes de alianza y sabremos quiénes van a aparecer en la boleta electoral. Mi impresión es que la base social organizada será la clave que marcará la diferencia.