Se veía venir. Angélica Moya está en ruta de disputar el liderazgo estatal del PAN. Los resultados de la reciente elección la colocan en una posición de privilegio al interior de su partido. No colisionará con Enrique Vargas, pero se ha emancipado de su autoridad política. La correlación de fuerzas cambió en el PAN mexiquense el pasado 4 de junio y la alcaldesa de Naucalpan es la gran ganadora.
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Alejandro Moreno, “Alito”, quería que Ana Lilia Herrera fuera la candidata de “Va por el Estado de México”. No solo operó dentro del PRI para imponerla, también presionó en el PAN y el PRD. Alfredo del Mazo le ganó la partida colocando a Alejandra del Moral. Así fue la historia, simple y sencilla. Ahora, “Alito” maniobra para que Ana Lilia tome la dirección del PRI mexiquense. Volverá a perder.
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Tanto peca el que mata la vaca como el que le agarra la pata. Aliarse con el PRD fue una decisión torpe, pero también muy cara. Lo bribones que le dirigen se hincharon de dinero a cambio del apoyo coreográfico a Alejandra. Su desempeño electoral fue ridículo, no ganaron nada… bueno, dinero, eso sí y mucho.
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Eduardo Bernal es un operador de medio pelo. Su trayectoria política es francamente mediocre, pero aun así es uno de los más beneficiados. Buena parte de su vida la ha pasado brincando de una posición de privilegio a otra. Como si no hubiera suficiente, recurrió a Del Mazo para colocar a su hija. Hoy, es uno de los principales detractores del gobernador saliente que tan generoso fue con él y su familia. Es un malagradecido.
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Enrique Vargas quiere ser senador, de representación proporcional o mayoría, da lo mismo. No pierde tiempo y está en activismo permanente. Vargas y PAN son también de los grandes damnificados del 4 de junio, perdieron la oportunidad de cogobernar el estado, pero a Vargas, en lo particular, también le negaron la oportunidad de ocupar la presidencia de la Junta de Coordinación Política de la Legislatura local. Es obvio que no confía en que le cumplirán la promesa de un escaño, por eso ha salido a ganárselo con o sin aliados.