Éste no es el Hugo Chávez de México: analistas financieros

Toluca, México; 26 de junio de 2018. Con una probabilidad que es casi certeza de que Andrés Manuel López Obrador asuma la presidencia de México el primero de diciembre de 2018, tanto inversionistas como analistas del distrito financiero de Wall Street se han pronunciado frente a un provenir incierto en materia economía, que no es […]

Toluca, México; 26 de junio de 2018. Con una probabilidad que es casi certeza de que Andrés Manuel López Obrador asuma la presidencia de México el primero de diciembre de 2018, tanto inversionistas como analistas del distrito financiero de Wall Street se han pronunciado frente a un provenir incierto en materia economía, que no es necesariamente ominoso.

Con la contundente ventaja de López Obrador en las preferencias electorales, que lo posicionan con un 50% de popularidad, Vladimir Signorelli, fundador de la firma de investigación financiera Bretton Woods, afrma que "creo que desde el primer momento buscará proporcionar alivio a las clases más bajas. Es poco probable que veamos pobreza y más probable que veamos reducciones en el IVA, impuesto que ha perjudicado a los sectores más desprotegidos. En cierto sentido, Trump y AMLO están de acuerdo en que la dependencia en la mano de obra barata no beneficia realmente a la sociedad de México. El TLCAN, en términos de AMLO, ha sido un trato comercial para las élites. Creo que ambos entienden eso. Es posible ver aumentos salariales bajo AMLO, especialmente si tiene un peso debilitado. Es un deber. Soy optimista. Este no es el Hugo Chávez de México”.

Desde hace casi un año, los inversionistas de México han comparado a AMLO con Luiz Inácio Lula da Silva, el ex presidente de Brasil que ahora cumple una sentencia por su papel en el esquema de fraude contractual de Petrobras. Ambos corrieron tres veces en la contienda electoral y, al menos Lula, ganó en el tercer intento. A diferencia de Brasil, en México no hay segundas rondas, por lo que el resultado es positivo para quien tenga la mayoría de los votos, incluso si está muy por debajo de la mitad de la lista nominal de electores. Si se tratara de Brasil, López Obrador contendería directamente contra su segundo lugar, Ricardo Anaya Cortés de la coalición Por México al Frente.

 

 

De acuerdo con una pieza publicada en la revista Forbes, Obrador y su contraparte estadounidense, el presidente Donald Trump, tienen cosas en común. Aunque los inversionistas deberían buscar que los medios políticos de Estados Unidos tomen en cuenta el triunfo de AMLO como una victoria para el voto anti-Trump en México, los dos populistas tienen en común el TLCAN.

En realidad, dice el artículo publicado, los dos están de acuerdo en al menos una parte del trato, que incluye las tasas laborales para los trabajadores mexicanos. Trump cree que éstos le cuestan a los estadounidenses, particularmente a los trabajadores automotrices mexicanos. Es probable, continúa el argumento, que López Obrador acepte que los fabricantes de automóviles estadounidenses deben pagarles a los locales más dinero.

Trump dejó que expirara la extensión de las tarifas de acero y aluminio para México y Canadá. Eso hace altamente improbable que se llegue a un acuerdo en el TLCAN antes de que López Obrador asuma el poder. El 31 de mayo, de hecho, Reuters informó que el secretario de Economía, Idelfonso Guajardo, dijo que era poco probable un acuerdo. Una victoria de AMLO coloca las negociaciones comerciales en una trayectoria mucho más larga, lo que significa que el ruido del TLCAN no desaparecerá y puede ser aún más fuerte.

 

 

Esta es la razón a la que se le atribuye muy poco al alza en el peso mexicano y en el fondo iShares MSCI de México. "Hay margen para una mayor depreciación del peso y un bajo rendimiento en las próximas semanas", dice Mario Castro, analista de investigación de Nomura Securities en Nueva York.

Los inversores esperan tasas de interés estadounidenses más altas, lo que siempre es negativo para los mercados emergentes. La dirección del peso, por lo tanto, está fuera del control de López Obrador. Incluso, las firmas de Wall Street pronostican que podría llegar a 23 pesos por dólar, pero los inversores tendrían que comparar esos movimientos con otras monedas de grandes mercados emergentes, como el real brasileño.

Según el análisis de Forbes, si López Obrador evita las carencias puede vender seguridad como el primer presidente izquierdista de México en más de 70 años. Los inversores extranjeros podrían verlo más como un Lula que como un Chávez o un Kirchner de Argentina. Lula llegó al poder durante la excesiva fortaleza del dólar en 2004. También fue un populista que estaba en contra de la austeridad neoliberal. Gracias al crecimiento global de los productos básicos, el real brasileño se fortaleció durante su mandato.