José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch (HRW), indicó que en la masacre en Tlatlaya existe una “intención evidente de encubrimiento”.
Agregó que "poco a poco se está desmontando la versión oficial de estos hechos, que buscaba encubrir y proteger a culpables una vez más de crímenes cometidos por parte de las fuerzas militares".
Al mismo tiempo, el vocero de HRW lamentó que la CNDH no haya intervenido hasta ahora en el caso y que la muerte de las 22 personas en Tlatlaya no habría salido a la luz de no ser por los testimonios de una testigo y la investigación de los medios de comunicación, presión que orilló a la consignación de ocho militares por las presuntas ejecuciones extra judiciales.
En la primera emisión de Noticias MVS Vivanco dijo que la Procuraduría General de la República (PGR), tiene la tarea de esclarecer los hechos e individualizar a los responsables de la muerte de 22 personas.
El día de ayer, bajo los cargos de desobediencia e infracciones a deberes militares contenidos en el Código de Justicia militar, ocho, de los 24 soldados y un teniente implicados en el fusilamiento de 22 civiles, fueron ingresados a la prisión del Campo militar Número 1.
Los militares, que participaron en la ejecución, fueron detenidos por elementos de la Policía Judicial Federal Militar y trasladados a la mencionada prisión.
Los 17 soldados restantes se encuentran a la espera de resolver su situación jurídica.
La muerte de 22 personas en el supuesto enfrentamiento con el Ejército mexicano podría terminar siendo la masacre "más grave que ha sufrido México en muchísimos años", consideró hoy la organización Human Rights Watch (HRW).
(Con información de Proceso)