Como están las cosas no sorprendería que el vilipendiado delmacismo encontrará acogedor refugio en MC. Una parte de la nomenklatura priista persiste iracunda en culparlo por la derrota. Alfredo está en una posición privilegiada: a) podría quedarse y dar la batalla para encabezar la reconstrucción priista; b) aprovechar la cercanía con el presidente López Obrador e incorporarse a la 4T como embajador o secretario en la siguiente administración; c) sumarse a MC para ganar espacios en la próxima legislatura. Una vez más parece que Del Mazo y Eruviel rivalizarán.
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Razones objetivas, no simples deseos, sostienen las altísimas probabilidades de que Claudia Sheinbaum gane arrolladoramente la encuesta en el Estado de México: 1.- Es la aspirante con la mayor estructura de movilización y 2.- La mayoría de los liderazgos mexiquenses de Morena están con ella. Otro factor que influirá es su sólida relación con el gobernador saliente y con la gobernadora entrante.
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El fiscal general de Justicia es un hombre bien intencionado, sin duda. Lamentablemente, la institución sigue contaminada por una runfla de impresentables en la alta burocracia, ministerios públicos y policías. Las cloacas siguen operando a pesar de todos los esfuerzos de José Luis Cervantes.
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La distribución de las candidaturas tensará tanto la relación del panismo y el priismo local que la ruptura es quizá el escenario más cercano. No hay fórmula que convenza para llegar a acuerdos. El PAN ha planteado la posibilidad de caminar solo en las locales frente al desprestigio ―dice― de la marca PRI. Por el contrario, en el PRI recuerdan a los panistas que su fuerza electoral es muy superior, casi de doble de acuerdo con las más recientes votaciones.
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Los peñistas se están reagrupando en el Estado de México. Quienes los daban como políticamente muertos, se equivocaron. Regresarán fuerte el próximo año con varios candidatos a diputados y alcaldes, pero bajo distintos colores y logotipos. Participarán lo mismo que con el PRI, PAN, MC o PVM, el partido será lo de menos.