Las huellas de la violencia que existe en el Fraccionamiento Valle del Nevado en Calimaya se observan en uno de los domicilios del lote 88, manzana 21: una cruz, dos veladoras y manchas de sangre dan cuenta de la crueldad con la que fue asesinado un hombre. Las personas que lo agredieron entraron a su casa para robar cosas de valor, pero cuando la víctima se opuso, comenzó la violencia.
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De todas las manzanas, la número 21 registra el mayor número de casas abandonadas: de 10 que existen en una cuadra, siete se encuentran deshabitadas y vandalizadas.
Calimaya se encuentra al norte de Toluca, Metepec y Mexicaltzingo y, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), 2 de cada 10 personas que viven ahí se encuentran en pobreza extrema. El Plan de Desarrollo Municipal señala que esta demarcación alberga 21 fraccionamientos que se han fincado ahí a lo largo de las últimas dos décadas.
«Quién lo mató se ensañó con él, ya que lo dejó bañado en sangre, según dijeron los policías«, expresa uno de los vecinos y añade que al hombre lo mataron con una cadena que encontraron dentro de su domicilio y que, junto con la sangre que salpicó en las paredes, constatan lo ocurrido.
Este hecho ocurrió el 11 de noviembre de 2020. Un año después, los dos asesinos recibieron su sentencia: más de 55 años de prisión por homicidio.
Inseguridad en Calimaya
A partir de las siete de la noche, los vecinos de este lugar prefieren ya no salir de sus casas porque cualquier esquina sin alumbrado se convirtió en un foco rojo. Las mujeres son las que más sufren de los robos a peatón, en minutos son despojadas de sus pertenencias.
Hasta 2017, la incidencia delictiva había aumentado un 64.3 por ciento en Calimaya con relación a 2007, pues de 251 delitos denunciados en la cifra pasó a 703, según datos del Instituto de Información e Investigación Geográfica, Estadística y Catastral mexiquense (Igecem). Los robos representan el tercer delito más denunciado en esa zona.
«Siempre, al menos en mi caso, tengo que andar acompañada, y más con este horario con el que a las seis ya está obscuro. Son muchas las vecinas que han sido víctimas y quienes cometen los robos son de los que se meten a las casas solas o vienen de otro lado, porque siempre se van por la parte de atrás atrás fraccionamiento donde no tiene barda«, cuenta una vecina.
De hecho, ante el aumento de robos a casa habitación, cada vecino ha invertido más de cinco mil pesos en la compra de chapas reforzadas, cámaras de videovigilancia, rejas y protecciones para sus ventanas,
El Plan de Desarrollo también señala que en este municipio se cometen 6 homicidios por cada 100 mil habitantes y que 9 de cada 10 personas que viven ahí se sienten inseguras.
«Aquí la seguridad corre por nuestra cuenta, porque no tenemos apoyo del municipio con policías. Uno se va a trabajar y ya cuando regresa encuentra su casa abierta y sin nada, por eso tenemos que invertirle en chapas buenas porque las que tienen las casas son muy fáciles de abrir«.