Xitas Corpus, la fiesta de Temascalcingo que es patrimonio cultural del Edomex

Una tradiciónque llena de orgullo al Edomex

Las comunidades mazahuas y otomíes del municipio de Temascalcingo, Estado de México, celebraron este jueves el Xitas Corpus o Viejos de Corpus para pedir a sus santos lluvias y fertilidad. La festividad es una demostración de alegría, identidad y agradecimiento a sus antepasados.

La fiesta de los viejos de corpus se realiza 60 días después de semana santa y es una de las más importantes en la entidad mexiquense, pues tiene presencia en al menos 32 comunidades.

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Los viejos del corpus se caracterizan por tener el rostro cubierto con impresionantes máscaras de maguey, por sus largas barbas, cabello canoso, sombreros, trajes típicos de manta y faldas bordadas.

Los cuerpos de quienes se disfrazan de este personaje se cubren detrás de cada pieza artesanal elaborada de ixtle. Danzan al ritmo del violín y la tambora. Con un peculiar sonido de latas y botes –que arrastran de entre sus pies–, invocan a la lluvia y fertilidad. Las arrugas de las máscaras representan sabiduría y el paso del tiempo.

Desde temprano recorren las principales avenidas para llegar atrio de la iglesia y bailar. Durante el trayecto, niños y adultos regalan dulces, pan, fruta y pulque como agradecimiento de lo que la tierra les proveerá.

En el centro de Temascalcingo, se realiza una misa y procesión de imágenes religiosas. Cada barrio o localidad atesoran una imagen de diversos santos que son adornadas con semillas, flores y frutas.

Foto: Uriel García

Origen del Xitas Corpus

Esta tradición se remite a 1913, cuando la comunidad padecía de hambre, enfermedades y sequía. De acuerdo con el relato oral, los pobladores buscaron solución a estos problemas; por lo que se reunieron a platicar. Después tomaron una siesta y en un sueño apareció un ser enviado por Dios, quien les dijo que la forma de arreglar la sequía y el hambre era danzar.

Así nacieron los Viejos de Corpus, quienes representan la vida, la muerte y la sabiduría.

Foto: Uriel García