Gris despedida del Tri  en Estados Unidos

Toluca, México; 29 de mayo de 2018. A dos semanas de que inicie el Mundial Rusia 2018 la selección mexicana de futbol ofreció un pobre desempeño en el terreno de juego y dejó serias dudas de lo que podrá hacer en la copa del mundo. La despedida del seleccionado mexicano en la casa de Donald […]

Toluca, México; 29 de mayo de 2018. A dos semanas de que inicie el Mundial Rusia 2018 la selección mexicana de futbol ofreció un pobre desempeño en el terreno de juego y dejó serias dudas de lo que podrá hacer en la copa del mundo.

La despedida del seleccionado mexicano en la casa de Donald Trump fue deprimente, una apología al bostezo con pocas o ninguna llegada real peligro.

Lo mejor del partido fue lo mismo que en cada fecha FIFA, la espectacular entrada que hicieron los mexicanos en el Rose Bowl de Pasadena, California, que abarrotaron y pintaron de verde las gradas del estadio.

Lo más rescatable de los verdes durante los 90 minutos fue en el medio campo donde el "Tecatito" Corona demostró que sigue siendo lo mejor del equipo mexicano y titular indiscutible en el once que abrirá hostilidades ante Alemania el 17 de junio.

Javier Hernández demostró que está lejos de ser el crack que quieren vender las televisoras, incapaz de general juzgadas de peligro o de buscar un balón que termine cerca del arco.

Lo más peligroso del equipo dirigido por el colombiano Osorio en los primeros 45 minutos fueron dos riflazos de larga distancia de Corona y Héctor Herrera que fueron bien contenidos por el arquero galés.

En las pantallas de televisión, la empresa de Emilio Azcárraga Jean intenta por todos los medios competir con la irreverencia de Martinoli y el doctor García, con las incorporaciones de Luis Omar Tapia y los "sambonbazos" de Enrique Bermúdez.

Pero si la actuación del equipo mexicano fue pobre, la del país de Gales fue deprimente y no exigieron al arquero José de Jesús Corona, que no se ensució el uniforme.

Los hermanos Dos Santos no fueron revulsivos en el segundo tiempo y pasaron con más pena que gloria en el terreno de juego, Oribe Peralta tampoco pudo.

El partido terminó con una ruidosa rechifla de los aficionados que abarrotaron las gradas del Rose Bowl.