En todos lados se cuecen habas. En Morena, Higinio, y en el PRI, Ana Lilia. Los dos aspirantes, aparentemente derrotados, no terminan por embonar en el esquema que les marcan en sus respectivos partidos. Parecería que ambos están en rebeldía. Ningún demócrata debería sentirse ofendido o molesto con esas conductas, Ana Lilia e Higinio están en su derecho.
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Ana e Higinio se doblan, pero no se quiebran. Hay quienes quisieran verlos eufóricos con las manos hinchadas de tanto aplaudir a Alejandra y Delfina. Pero no, ambos muerden el rebozo y se hacen del rogar. Encarecen su derrota. Al final dirán que sí, seguramente, pero a cambio de una buena recompensa.
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Del plato a la boca se cae la sopa, dirán Ana e Higinio. Alejandra no es candidata todavía, tampoco Delfina. Los procesos legales todavía no se activan. En política, como en la vida, todo puede suceder y nadie es… hasta que es. Claramente, Ana ha empezado a perder apoyos, Higinio no tantos, pero también. Necesitan de un milagro.
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La deuda pública bordeará los 60 mil millones al cierre del año. Hasta el tercer trimestre se ubicaba en rebasados los 56 mil millones de pesos y se recurrió a créditos para apalancar el pago de aguinaldos y primas vacacionales. Alfredo del Mazo recibió en 2018 una deuda pública consolidada por 39 mil 237 millones de pesos y el 2022 probablemente cerrará con 60 mil millones o más, un crecimiento equivalente casi al 50 por ciento.
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El gobierno recién liberó los permisos para la construcción de una torre más de departamentos de superlujo en Bosque Real, en Huixquilucan, un negocio con valor comercial de mil millones de pesos o más. “CONSORCIO INMOBILIARIO LOMAS”, S.A.P.I. de C.V. es el nombre de la empresa afortunada cuyos auténticos propietarios hacen esfuerzos por mantener su identidad en el anonimato. ¿Quiénes son?