La marginación de los eruvielistas es innegable

La lista de aspirantes a candidatos independientes tiene tufo de oficialismo. Ninguno de los inscritos tiene posibilidades reales de ganar

El estado de ánimo de la mayoría de los mexiquenses, en estas fechas, es festivo. Tiempos de vacación, aguinaldo, convivencia familiar, demostración de afecto y reflexión. La conversación política en los hogares es relegada. Detox decembrino. En el imaginario colectivo, es la pausa para la paz, para lo íntimo. Falta la aprobación del presupuesto 2023, la definición de los candidatos independientes a la gubernatura y las posibles alianzas que, desafortunadamente, perderán foco entre las mayorías. Enero será trepidante.

*

Quien gana las elecciones no gana todo el poder. Eso es una falacia. El próximo año, independientemente del resultado de las votaciones para la gubernatura, el Poder Legislativo quedará bajo control administrativo y político de la alianza parlamentaria PRI-PAN-PRD-MC. El Poder Judicial, cuya ideología política de sus integrantes influye notoriamente en sus decisiones, se afianzará como protopriista. 

*

El delmacismo no pudo, no quiso o no tuvo tiempo para construir una clase política. Quizá ese sea el mayor error estratégico que cometió como grupo de poder. Solo un puñado de colaboradores de Alfredo Del Mazo tiene futuro político. El resto, tecnócratas en su mayoría sin raíces en el Estado de México, difícilmente encontrará espacios. El último de los gobernadores mexiquenses que logró consolidar una clase política fue Montiel. 

*

La marginación de los eruvielistas es innegable. Los últimos 5 años han sido de ostracismo. Los más cercanos colaboradores del ahora senador Eruviel Ávila están en la banca contando los días al delmacismo. Por eso no extraña que entre los más apasionados y visibles apoyadores de Ana Lilia Herrera estén exactamente figuras del sexenio anterior. Están en pleno ejercicio de su derecho.

*

La lista de aspirantes a candidatos independientes tiene tufo de oficialismo. Ninguno de los inscritos tiene posibilidades reales de ganar, pero sí de quitar votos, de confundir. No es la primera vez que sucede, ya ha pasado antes, allí está la ultraderechista Teresa Castell. Una charada, una simulación. Alguien tenía que decirlo.