El PRIAN+PRD a nivel nacional se escandaliza por el uso de espectaculares, la realización de eventos, el dar entrevistas a medios, pintas de bardas, invasión de las redes y un largo etcétera, por parte de Morena-Partidos Verde Ecologista y del Trabajo.
Todo ello en el marco de la sucesión presidencial, mismo que tendrá un efecto dominó en los procesos federales de diputados y senadores así como los locales, en algunas entidades federativas, de diputados y presidentes municipales.
Pero lo que omiten reconocer es que son corresponsables de que esto se presente, ya que el vacío legal que da lugar a estas situaciones, fue creado y solapado por el PRIAN+PRD y sus diputados federales al, entre otras cosas, impedir la revisión y modificación de la legislación electoral.
Hay que recordar que incluso los actores políticos organizaron marchas, que aparentaban ser ciudadanas, pero que en el fondo lo único que lograron fue que todo siguiera igual.
Además, a nivel nacional los ciudadanos fuimos testigos de cómo los también integrantes del PRIAN+PRD, de manera descarada, impulsaron con igual estrategia su fallida aspiración a la gubernatura del Estado de México mucho antes del inicio legal del proceso electoral.
Lo que es cuestionable de esta práctica es que se ve afectada la equidad entre los contendientes, pero además la falta de transparencia respecto a quién paga esa propaganda y la sospecha de que se hace con cargo al erario público.
En la misma entidad mexiquense existió la sospecha, que jamás se disipó contundentemente, de que los recursos económicos salieron de la legislatura y de algunos municipios, obviamente con cargo a los impuestos.
Pero por si fuera poco, es una estrategia que no necesariamente marca la diferencia, lo cual se evidenció también con la derrota histórica de los líderes vetustos del PRI del Estado de México y sus artimañas.
Los ciudadanos están en un proceso de despertar de las conciencias y no caeremos tan fácilmente en los engaños, sabemos perfectamente «quién avienta la piedra y esconde la mano«, mismos que paradójicamente pagan las consecuencias de sus actos y omisiones.