A Michelle Núñez le gustan la ropa y los zapatos caros. Tiene una fascinación por vestirse de marca. Parece que en eso gasta su salario como alcaldesa de Valle de Bravo. Zapatos Gucci y vestida con Carolina Herrera para entregar despensas a las mujeres más pobres. No es ilegal, pero definitivamente es de muy mal gusto. Lujo barato le ha llamado el presidente a ese estilo de emperifollarse muy de los aspiracionistas, aquellos que no son, pero quisieran ser. No es anecdótico, simplemente habla mucho de la personalidad de esa joven mujer empoderada por Morena y de su particular estilo de gobernar.
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Claro que a Michelle Núñez le alcanza para comprarse a la quincena unos zapatos de 35 mil pesos o un vestido de 45 mil. De acuerdo con el reporte público de transparencia, cobra al año más de un millón de pesos, casi 100 mil pesos mensuales. Pero, aunque se tenga otra idea, en Valle de Bravo la mayoría de la población es pobre. Los billonarios que tienen allí propiedades solo van de descanso. Quizá Michelle se identifica más con los ricos que llegan el fin de semana, que con los desposeídos que allí duermen siempre.
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No, no fue un exceso de Alberto Tavira comparar, en su Cuna de Grillos, a Michelle con Sandra Cuevas. Se parecen mucho físicamente, en cómo visten y cómo actúan. La alcaldesa morenista de Valle de Bravo y la alcaldesa panista de la Cuauhtémoc se mimetizan quizá sin querer.
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El que anda en calidad de desaparecido es el secretario de Medio Ambiente y operador político en el sur del estado, Jorge Rescala. Desde las elecciones que casi no se deja ver en público. Quizá esté dedicado de tiempo completo sacando las cosas de la oficina que ocupó todos estos años y buscándose un buen paquete vacacional.
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Solo hay alguien más ambicioso que el presidente… la primera dama. Así presenta Editorial Planeta el más reciente libro del maestro Paco Cruz, “Las Damas del Poder”, cuya portada se ilustra con los rostros de Angélica Rivera, Martha Sahagún y Margarita Zavala. Sin duda valdrá la pena leerlo.