Lo mejor del 1,2,3

1.- No ha habido un sólo día desde el inicio de su administración, en que no se haya hablado, asegurado y apostado, que Eruviel no termina el sexenio. La lista de supuestos es amplia: Si Peña dice esto, si los grupos quieren lo otro, si Luis va por aquí, si el otro Luis va por […]

1.- No ha habido un sólo día desde el inicio de su administración, en que no se haya hablado, asegurado y apostado, que Eruviel no termina el sexenio.

La lista de supuestos es amplia: Si Peña dice esto, si los grupos quieren lo otro, si Luis va por aquí, si el otro Luis va por allá, si hubo chantaje, si no se lo perdonan.

Pero hasta hoy, ahí sigue.

No se atisba la inminencia de una separación del cargo, a pesar de que el tema se hizo cotidiano, creo que siempre lo ha sido pero hoy, más.

Es inocultable que en el ánimo presidencial, Eruviel no está muy bien.

2.- Ese último factor, además de una serie de episodios llenos de errores garrafales, han incrementado la percepción, aquí sí, casi unánime, de que el gobernador no sabe, no puede con el estado de México.

El resultado es la evidente debilidad, políticamente hablando, del mismo Eruviel.

Le quitaron el control de la policía y le impusieron una cuña con línea directa a la Secretaría de Gobernación.

Nadie en su sano juicio espera que sea capaz de decidir algo más que un puñado de candidaturas locales, de las federales, nada.

3.- La prueba más dura a la que se enfrentará Juan Rodolfo Sánchez Gómez en su desbocada carrera por volver a ser candidato del PAN a la alcaldía de Toluca, es la del Ácido.

Sin embargo, si logra superar las resistencias bien localizadas en su partido, podría lograr el objetivo sin mayores complicaciones.

En la memorabilia panista están los registros de lo que fue la actuación de Juanro en las dos últimas elecciones constitucionales en la capital del estado.